Capítulo 23

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"Afrontemos los miedos"


Recuerdo como caía al paso de los minutos totalmente dormida, recargada en el vidrio de mi asiento, la voz de mi padre se desvaneció al momento que cerré los ojos y se que pasaron muchos minutos, muy probablemente horas. Hasta que pude sentir sobre mis ojos un rayo de luz muy fuerte y molesto, mis ojos comenzaron a abrirse lentamente solo para ver la mitad del sol, sumergiéndose en las aguas, me tomo un tiempo saber en dónde estábamos, me froté un poco mis ojos y por fin pude ver que estábamos cruzando un gran puente y debajo de nosotros había una gran cantidad de agua reluciendo bajo los rayos del gran sol. Me dio una gran emoción al ver un sol de ese tamaño, solo podía pensar lo afortunada que era de haberme despertado justo en este momento pues al pasar unos segundos, pasamos el puente y el sol se quedó atrás. Estaba muy asustada debido a que estábamos ahora en un gran camino lleno de árboles a los costados, no podía ver más el sol y sin pensarlo exclame a mi padre preocupada


—¡Papá...! —


Mi padre dio un pequeño salto de sorpresa, miro por el retrovisor agitado


—¿¡Que pasó, Cristal!? —pregunto mi padre asustado por mi repentino grito—.


—¡El sol lo hemos dejado atrás! ¿Por qué no nos sigue? —pregunte aun preocupada—.


—¿El sol...? —dijo mi padre algo confundido, pensó un poco mirando el camino y exclamo—¡Oh! Ahora ya entiendo, ¿te refieres a que el sol se ha ocultado? —


—¿Se ha ocultado? Pero siempre nos sigue al igual que la luna—


—Vaya nunca pensé que preguntarías tal cosa, ¿no te enseñaron en la escuela nada acerca del sistema solar? —pregunto mi padre casi en voz baja—.


—Bueno verás...el sol tiene sus tiempos en que sale a darnos de sus rayos cálidos, mientras que la luna alumbra cuando el sol ya se ha ido, lo hace para alumbrar la noche—explico mi padre mirando al frente—.


—¿Pero por que el sol no sale más tiempo? —seguí cuestionando—.


—Por qué el sol no puede dar luz todo el día, pues si eso pasara no podríamos dormir—contesto tratando de escoger bien sus palabras—.


—Incluso la luna alumbra, eso quiere decir que igualmente no podríamos dormir, ¿no? —dije indagando aún más—.


—Tienes razón pero la luna alumbra más discretamente, más leve que el sol por eso podemos dormir tranquilos y sin calor ya que en la noche está más fresco—comentó mi padre mirando de reojo el retrovisor y agregó arqueando sus cejas—Pero... ¿Cómo es que pensaste todo eso tan solo al despertar? —


—Mmmm, no lo sé simplemente me surgieron dudas, la verdad me asuste un poco al no ver el sol—


—Ya veo, así que eres algo inocente en algunos temas pero en otros... —dijo mi padre en voz baja bajando la mirada—.

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