Capítulo 11: Engaño.

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— Es una linda tarde. —Estiro su mano remangando su manga para no mojarla con la fuerte lluvia que estaba cayendo en ese momento, el cielo se había llenado de nubes grises, truenos y rayos que caían cada cierto tiempo, lo que comenzó como una mañana calurosa termino en una tarde fría y golpeada por la lluvia.

Desde uno de los balcones del "Palacio del demonio", nombre puesto por su hijo mayor, podía ver el panorama y con sus ojos afilados lograba apreciar algunos niños y adultos del pueblo corriendo bajo la lluvia, unos riendo y otros quejándose por estar mojados, la paz que disfrutaba Nueva Yiling era algo bueno para él, entre más las personas a su cuidado estén felices, otras personas y pueblos querrán unirse a él, como ha estado pasando en ese último mes, cuando estaban en Yiling nadie se atrevía a negociar con él o mudarse al pueblo, pero ahora que existía Nueva Yiling y que varias sectas estaban aliadas con él, una de ellas siendo Lanling Jin, había mucho comercio y personas mudándose para tener una mejor oportunidad de vida.

Aunque en más de una ocasión tuvo que lidiar con uno que otro espía, pero resolver esos problemas era tan fácil como chasquear los dedos y literalmente los resolvía de aquella forma, un simple movimiento provocaba la muerte de sus enemigos.

Dejo de sentir la lluvia con su mano y la aparto, las gotas de agua que estaban en ella se fueron secando dejando un rastro de humo, sus ojos carmín se apagaron cuando su mano estuvo seca de nuevo y se abrazó con ambos brazos para seguir mirando el paisaje, aunque esto quedo en segundo plano cuando dos fuertes brazos rodearon su cintura y lo envolvieron en un cálido abrazo, sonrió sabiendo de quien se trataba, las túnicas negras se mezclaban con las suyas y su expuesto cuello era besado por suaves labios, los cuales subieron repartiendo besos hasta llegar a su mejilla y terminar en su frente.

— Lan Zhan. —Soltó su nombre en un suspiro mientras se recostaba en el cuerpo del nombrado— ¿Y los niños? —Pregunto mirando al otro a la cara y dedicando una suave sonrisa, como era habitual el otro tenía una expresión fría, pero el Patriarca ya sabía ver claramente lo que decía ese estoico rostro.

— Estudiando y Wei Ling durmiendo. —Con suavidad volteo el cuerpo del cultivador demoniaco, soltando su cintura y sujetando su rostro para besar sus labios, sus besos solían ser agresivos y apasionados, pero este era más tranquilo y lento, perfecto para saborear los labios ajenos, pero eso no impidió que al terminar el beso mordió el labio inferior del más bajo haciendo que este sonriera con picardía.

— Picaron, quiero otro. —Estiro sus labios y el Lan le dio un pequeño beso provocando que su prometido lo mirase con un puchero— Lan Zhan, debes consentirme, soy tu prometido. —Inflo aún más sus mejillas, pero Lan Wangji saco un frasco de su manga y se lo dio, al instante su mal humor cambio y recibió el vino con gusto— ¿Quieres decirme algo? —Le pregunto mirando fijamente el inexpresivo rostro del más alto.

— Mn. —

— Lan Zhan, sabes que puedes decirme cualquier cosa, ahora eres mi prometido, cualquier cosa que tú quieras yo también la querré. —Acaricio el fino mentón del jade deslizando su mano pasando desde el cuello hasta la diminuta parte expuesta de su pecho, Lan Wangji tomo la traviesa mano y la llevo a sus labios besándola.

— Mi hermano, quiero ir a buscarlo. —Su pareja se soltó de su agarre para llevar su brazo libre y sujetar la cintura del ex segundo maestro de Gusu Lan, con una sonrisa maliciosa y unos ojos fríos, pero sin dobles intenciones, hablo.

— ¿Y qué te detiene? —Beso la mejilla del contrario para después soltarlo y recostarse en la baranda de la terraza mientras tomaba largos tragos de su vino— Lan Zhan, Lan Zhan, Lan Zhan. —Hizo leves movimientos con su cabeza hacia los lados mientras que su sonrisa se convertía en una leve risa— Soy el villano número 1, el temible y respetado Patriarca Yiling, si quieres ir a buscar a alguien solo hazlo, incluso si alguien lo está escondiendo solo mátalo y trae a tu hermano al palacio, puedes hacer lo que quieras, solo usa mi nombre y listo. —Tiro la jarra vacía por la terraza, incluso el ruido del objeto rompiéndose con el tejado fue silenciado por la fuerte lluvia.

Su Excelencia, El Patriarca de YilingWhere stories live. Discover now