Bubblegum

capítulo 12; insinuaciones y propuestas

❬❛❛ Oh, dear diary, I fell apart ❜❜❭

Estaba furioso, tan furioso que ni siquiera pensó en lo que estaba haciendo. El no era alguien impulsivo, no era un estúpido Gryffindor, pero verlo tan cerca de el y escuchar lo que le estaba diciendo, insinuando, hacia que le hirviera la sangre, que le hirviera lo suficiente como para en un arrebato de ira hacer justo lo que estaba haciendo.

Ese tejón pulgoso se había aproximado a Potter y había comenzado con una charla común como las que siempre tenían.

No era que Draco lo espiara ni algo por el estilo, solo lo observaba a veces... para asegurarse de que estuviese bien y no hiciera ninguna estupidez como las que acostumbraba. Y claro, para asegurarse de que Potter no hubiese aceptado lo que esos dos animales le habían propuesto.

—Me di cuenta de que nunca te agradecí por haberme avisado de los dragones —dijo Diggory dando un paso hacia Potter.

Demasiado cerca, infeliz.

—Ni lo menciones. Hubieras hecho lo mismo por mí —contestó Potter con una sonrisa tímida. Esa misma sonrisa que antes solo le dedicaba a él. Y sintió cómo su pecho se hundía en una punzada lenta y dolorosa.

—Exacto —contestó Diggory acercándose un poco más a Potter y esbozó una sonrisa que le provocó una sensación extraña en el nacimiento del estómago a Draco—. ¿Conoces el baño de prefectos del quinto piso? —preguntó y Potter respondió con un asentimiento—. No es mal lugar para tomar un baño. Solo lleva tu huevo y medita todo con agua caliente.

Ese comentario hizo que Draco estallara. Se había estado conteniendo, guiños, miradas coquetas, sonrisas de lado. Lo que sea. Pero no iba a tolerar que ese maldito asqueroso Hufflepuff le hiciera ese tipo de insinuaciones a Potter.

—¡Suéltame! —mascullaba Potter violento, intentando zafarse de su agarre, pero era inútil—. ¡Te he dicho que me sueltes!

Draco se metió en el primer salón que vio, arrastrando a Potter con él.

—¡¿Qué mierda, Potter?! —escupió—. ¿El baño de prefectos? ¿Es ahí donde se meten a hacer sus porquerías? ¡No deberías acercarte a Diggory! ¿No ves que solo se aprovecha de ti?

Potter lo miraba con una expresión que mezclaba de una manera aterradora la ira y la confusión.

—Disculpa, no se quien te crees para decirme con quién puedo o no juntarme. Segundo: No creo que tú sobre todas las personas estés en condición de decirme que alguien se quiere aprovechar de mi. Y tercero: Cedric y yo no hacemos porquerías, ni en el baño de prefectos, ni en ningún otro lado. ¡Pero si así fuera, a ti debería importarte una mierda! —le gritó furioso. Nunca había visto a Potter tan enojado y eso que varias veces en el pasado, había estado a punto de meterse en una pelea física con él.

—¡Claro que me importa! No quiero que ese idiota te lastime.

—¿No quieres que Cedric me lastime pero tú sí puedes lastimarme? —le espetó insensible.

—No es lo que- yo... no quiero verte con él —balbuceó torpemente. Un Malfoy balbuceando, su padre seguro lo castigaría si lo viera.

Se sentía estúpido, estaba actuando como un estúpido.

—Lo siento...

—Oh, ¿lo sientes? ¡No me digas! —dijo en tono sarcástico y Draco pudo notar como los ojos de Potter se cristalizaron—. No me puedes hacer esto. Creí que ya habías acabado con- con este juego —Hizo una pausa para tomar aire, las lágrimas ya habían comenzado a correr por sus mejillas y su voz se cortaba—, dijiste que ya no ibas a jugar conmigo. ¿Por qué haces esto, Malfoy?