Papá y las palomas

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Al papá de Lyah le encantan las palomas, y por eso tiene todo un palomar encima de su casa. Se levanta temprano, las alimenta, les da para bañarse y las entrena; lo hace desde que era un chiquillo.

Pero papá no les da un entrenamiento cualquiera, les ha enseñado cómo volar hasta los Estados Unidos y regresar. 
Y es que papá tiene familia allá y la extraña mucho, pero como no tiene dinero ni permiso para viajar en avión, entrenó a sus palomas para que estas lo llevaran.

Y mientras estas iban y venían, le pidió a un pescador amigo suyo para que le tejiera una red, y de ese modo, lo trasladaran.

Un día, cuando tuvo palomas suficientes, abrió la red y se subió, y con su silbato les dio las órdenes necesarias, quienes en una gran bandada lo elevaron hacia los cielos.

Cuando estaba llegando al país, desde las playas cercanas todos los bañistas se preguntaban qué era esa mancha que venía desde lo lejos. Enseguida las noticias se acercaron a aquello que todos miraban y mientras se acercaban en un helicóptero, este les pedía que se alejaran que lastimarían a sus palomas.

Las aves ya parecían muy cansadas, así que la red perdía altura y algunas caían al agua. Papá lloraba por sus preciadas mascotas, pero las que aún seguían en pie, continuaban el viaje a pesar del sonido del helicóptero que las molestaba.

Al fin llegaron a tierra firme, y dejaron caer a papá, quien comenzó a recoger a sus preciados animales que yacían desmallados en la arena.

Enseguida llegó la prensa, la policía y papá cumplió otro de los tantos records de los cubanos cruzando el mar. Pero papá no quería quedarse en los Estados Unidos, él solo quería visitar a su hermana y su familia.

Así que se quedó una semana, y cuando sus palomas estuvieron listas de nuevo, él se elevó por los aires y regresó a su casa.

Cuentos de mamáWhere stories live. Discover now