9. Valiente

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POCHÉ:

Cuando le dije a Kim que no sabía la dirección de la casa de Calle, inmediatamente me la escribió en un papelito. Estaba agradecida con el universo, Dios, o lo que sea que estuviese allá arriba porque Kim y Paula me ayudaran para poder ver a calle.

Después de unos minutos salí de Misi, con el papelito bien guardado en mi bolso, fui a mi casa para almorzar aunque ya era un poco tarde... Cuando llegué no había nadie. Mi papá estaba trabajando y Vale seguramente seguía en la Universidad.

Abrí la nevera y calenté una Pizza, quería hacer todo rápido para ir a casa de Calle. Después de unos minutos me bañé, y me apliqué maquillaje bastante natural. Tomé de mi armario una camiseta negra y unos jeans del mismo color, supongo que me vestí se ese color por respeto al duelo por el que estaba pasando la familia de Calle. Cuando me ví al espejo y vi mi ropa recordé aquel día tan triste para mí... Cuando mi mamá partió. Pero no quería ponerme sentimental, debía estar fuerte, por Calle.

Salí de mi casa y tomé un taxi, le di la dirección del lugar que me escribió Kim en aquel papelito. Después de aproximadamente 15 minutos ya estaba en la entrada de aquella gran casa, no era una mansión o bueno quizás si... Estaba ubicada en una zona muy exclusiva de la ciudad.

- Hola señorita, ¿En qué puedo ayudarla?- Me dijo un guardia de seguridad de mediana edad. ¡Carajo! ¿Qué se supone que debía responder? Bueno... Lo primero que salga de mi boca será.

-Soy María José, amiga de la señorita Calle, Daniela Calle- Le respondí tratando de sonar segura.

-Bien, supongo que sabe la palabra de seguridad para confirmar que es amiga de la señorita Calle verdad?- Dijo sonriendo. Prácticamente quedé con una cara de WTF ¿Palabra de seguridad? Esto debía ser una broma.

Al parecer el guardia notó mi cara de confusión, porque tardé varios segundos mientras pensaba.

-Señorita, si no sabe la palabra de seguridad, entonces se debe ir, por favor- Me dijo haciendo una seña para que me fuera.

-¡LATTE!- Dije con un tono de voz un poco alto. ¡Santo cielo! ¿Sólo eso se me podía ocurrir? ¿Latte? Pfff, creo que solo quería que la tierra me tragara. Fue lo único que se me ocurrió, supongo porque a mi mente llegó la imagen de cuando Daniela me dijo que el Latte era su café favorito.

El guardia se adentro a la casilla, y sacó unas llaves, abrió la puerta de la entrada hacia lo que parecía el jardín delantero de la hermosa casa.

-Bienvenida señorita María José- Me dijo con una sonrisa, incitando a qué entrara al jardín de la casa.

Quedé helada. Entonces... ¿"Latte" era la palabra de seguridad? Que extraños eran aquí. Wow. Hoy era mi día de suerte, supongo.

Pasé al jardín y el guardia me dijo que cuando llegara a la entrada tocara la puerta.

Cuando me acerqué a la puerta suspiré durante unos segundos y toqué 3 veces. Después de algunos segundos una señora de mediana edad me abrió la puerta.

-Hola, buenas tardes- Me dijo la señora con una sonrisa amable.

-Hola, buenas tardes. Soy María José, amiga de Daniela... Vine a acompañarla- Parece que ya se estaba volviendo algo muy frecuente decir que era amiga de Calle. Aunque sabía que en el fondo esa chica de ojos avellana y yo éramos grandes amigas ya, en un día le di la confianza que algunas personas tardan años para conseguir de mi.

-Oh, buenas tardes señorita María José. Supongo que sabe que la situación en este momento es un poco triste para la familia. Y la señorita Daniela está muy devastada para recibir visitas- Me dijo la señora con un tono amable, para no ofenderme. Solo encontré una respuesta para eso...

-Oh si, sé que es un momento difícil, pero de verdad no tomará mucho tiempo. Sé que Daniela está triste pero le prometo que vengo a acompañarla para que no pase por esto sola, verá... en este momento siento que debo apoyarla y... Si por alguna razón no sale algo bien, prometo no decir que usted me dejó entrar- Le dije casi rogándole con un puchero

La señora soltó una sonrisa, nadie se resistía a mis pucheros y abrió la puerta, dejándome entrar. La casa era tan hermosa por dentro como por fuera, tenía una sala blanca con una puerta que daba hacia la cocina. Lucía muy elegante y tenía varios muebles modernos. Era una casa de personas... Con buena posición económica.

La señora se dirigió hacia las escaleras, haciéndome una seña para que la siguiera.

Cuando entré en un pasillo habían varias puertas. En ese momento me sentía...

Valiente... ¿Valiente? ¡SI! Por primera vez en mucho tiempo me sentía así y sabía que todo lo que estaba haciendo hoy nunca en mi vida antes me habría atrevido a hacer y todo por aquella chica de ojos avellana, que hacía que me sintiera así de alguna forma... Segura.

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¡Mañana hay maratón!

Niña Bonita (TERMINADA)Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt