Who Killed Luke? ||L. H|| Terminada

Extra 3

Día 5:

Podía escuchar gritos de dolor y desesperación, pero los escuchaba como a la lejanía.

Mi cuerpo pesaba y simplemente no podía moverme, no era capaz de sentir nada o razonar en ese momento, me sentía como si estuviese perdido. Probablemente estaba inconsciente.

Intentaba abrir mia ojos, pero mis párpados pesaban.

Alguien a mi lado me movía, podía sentir sus manos y escuchaba el eco de su voz gritar.

-Luke- escuchaba una y otra vez, pero mis sentidos no correspondían.

Poco a poco, mis sentidos se fueron agudizando, hasta caer en la realidad y recordar la miseria y agonía en la que me encontraba.

Me reincorporé algo exaltado.

Del otro lado de las rejas, vi a Michael. Uno de los chicos, estaba luchando por su vida. Era bastante valiente al poner resistencia y combatir con aquel asesino.

Luchó contra él, incluso logró herirlo. Michael tenía esa apariencia de chico rudo, es bastante intimidante.

La puerta del sótano, se abrió de golpe y aparecieron dos tipos más. Lo tenían acorralado, deseaba salir de ahí y poder ayudarle.

-Tu puedes Michael- le grité.

Tenía miedo, podía notarlo, pero sabía que él no dejaría de luchar hasta su último suspiro de vida.

Uno de los hombres se lanzó sobre él, pero Michael le clavó el cuchillo en su estómago.

-Los mataré- gritó mientras atacaba ha el otro.

Pero luego entraron más y se lo llevaron.

-No le hagan nada- grité mientras intentaba ponerme de pie, pero el terrible dolor me lo impidió.

Había descubrido que el nombre de aquel tipo era Henry.

-A dónde lo llevan?- le pregunté.

Él se volvió y escupió un poco de sangre. Su labio estaba reventado y tenía cortes en su cara. No pude evitar sonreír con satisfacción y lo notó.

-Crees que eres invensible, pero algun día morirás como la miserable rata que eres. Arderás en el infierno y disfrutaré en saberlo.

-Cierra la boca- gritó furiosa.

-Qué se siente? Ser atacado por una de tus víctimas. Eso no es un buen ejemplo Henry, qué pensarán ahora todos de ti?- me burlé - No eres nada, todos sabemos que necesitas de ayuda.

-Ya verás- dijo mientras se dirigía hacia mi.

-No te tengo miedo- escupí.

Abrió el portón y me levantó del cuello.

-Deberías tenerlo, pequeño.

-Me mantendré firme, y moriré con el honor de no darte el placer de sentir temor de ti- dije con una risa burlona.

Él apretó más mi cuello, incluso sentía como sus uñas atravesaban mi piel. Estaba enojado y yo lo estaba provocando.

-Henry- lo llamaron.

Se volteó y vio a uno de sus ayudantes.

Me lanzó contra la pared y me dio una patada en el estómago, luego se fue.

Día 6:

Solo quedabamos 3. No tenía idea de donde estaba Michael. Pudimos haber hecho algo, pero ya era demasiado tarde. El temor nos había cegado por completo e hizo que nos resignaramos a morir, pero en realidad pudimos haber hecho algo.