【02. Complicated】

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Universo Alterno

Shoto Todoroki ("31") / Ochako Uraraka (30)

OOC ✫ Ciencia ficción ✫Narrativa trepidante
~Androides vagando por ahí~

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—Doce humanos, veintiocho persocons. — Contabiliza el atractivo varón desde la mesa de café que comparte con una bajita fémina, quien da un leve sorbo a su capuchino—. El número de ordenadores antropomórficos dobla al de los usuarios. — Posiciona la barbilla sobre el dorso de su mano izquierda, el lado de la abominable cicatriz por la cual los Todoroki terminaron por fragmentarse.

La fémina ni siquiera se toma la molestia de ser discreta, rota la cabeza de un lado a otro y constata que se encuentran rodeados de androides.

Robots de última generación a cargo de la mayoría de los establecimientos comerciales, puntos de control y faenas de la industria básica. Así como, perennes acompañantes de quienes posean el dinero suficiente para diseñar el aspecto, personalidad y habilidades de los organismos sintéticos cuya población se halla en alarmante incremento.

Desfavoreciendo las tasas de uniones legales y alumbramientos.

—Es una extraña forma de soledad. — Masculla al que otros reconocen como Shoto Todoroki, el hijo menor del imperio inversor que permitió la creación y proliferación de las persocons al confiar en las capacidades del excéntrico matrimonio Hatsune-Shield—. ¿No lo crees? — Se inclina ligeramente hacia su bonita interlocutora.

En primera instancia, ella asiente.

Después de todo, la preciosa mujer está para servir al bicolor y, sin embargo, al poco rebate la idea con un leve movimiento de su redonda fes.

—No. — Exhala y se atusa el largo cabello—. No, Todoroki-san. — Se corrige de inmediato, y un leve sonrojo irrumpe en su inmaculada carita—. M-me gusta creer que cuando el ser humano pasa tiempo con algún semejante, actividad u objeto: se origina un poquito de alma, de conexión. — Finiquita su intervención, sintiéndose abrumada por la intensa mirada enfocada en su persona.

Y, luego, por la torpe mano que la busca por debajo de la mesa.

—Eres una soñadora. — Él espeta, con una sonrisa ladina en labios y, también, en sus fulgurantes ojos que permanecen sedientos de la encantadora imagen de su asistente—. Me gusta que seas así. — Confiesa, levemente avergonzado por la osadía que es recompensada por la cohibida concatenación entre dedos reales (de carne y sangre) y falanges artificiales, de circuitos y látex.

—A mí...— Aspira, y la especialista en seis artes marciales distintas se fuerza a omitir que sus sistemas están a punto de colapsar, de incendiarse en el fuego de sus mejillas—. Me gustas tú.

Ella se encoge de hombros, incapaz de verbalizar toda su real afección por su acompañante.

Y, éste trata de comprenderla.

—Ochako. — Aclara su garganta, así como el devenir de sus profusos razonamientos al respecto de su estrecho y frágil vínculo con su fiel empleada—. Si otras fueran nuestras circunstancias, te correspondería. — Obtura los parpados con fuerza, sin poder hacer frente a la aflicción que empaña los ojitos ajenos.

La mujer se aferra al nexo físico que todavía sostienen.

No es la primera vez que sostienen un diálogo similar, con una aciaga conclusión.

—Finjamos. — Propone la asistente, con los labios temblándole tanto como las atléticas piernas—. Finjamos que nos encontramos en otras circunstancias y, que tú y yo... tú y yo... — Una lágrima se despliega por su pómulo, frustración líquida de años y años que enseguida es interceptada por la solicita mano del de bella heterocronomía.

—L-lo siento, no sería co-correcto.

Él titubea, porque su Ochako es una de las personas más fuertes que conoce.

Vendida desde infante, la castaña se forjó para ser una guardiana implacable para los hijos del matrimonio conformado por Rei y Enji Todoroki. Especialmente del menor: Shoto, un niñato antisocial que creció odiando a sus progenitores y, pronto, también al resto de su familia y a la humanidad; optando por confinarse a una existencia ermitaña sin contacto con la asquerosa sociedad a temprana edad.

Afortunadamente, personalizar a un ordenador antropomórfico a imagen y semejanza del heredero se encontraba al alcance de la caudalosa billetera de la polémica familia.

—Para mí...— Mantiene el temple, con la esperanza de convencer a su acompañante a pesar de que la aceptación de su mutuo interés sólo complicará aún más su situación—. Tú eres más humano que Todoroki-san. — Ella alza su mano libre y la posiciona sobre la lívida mejilla del androide, la tangible cúspide de la tecnología.

—Ochako. — La distancia entre ambos se acorta y, la mesera que estaba por entregarles su postre retorna a la cocina con una sonrisita cómplice—. Déjalo, no soy más que un conjunto de algoritmos y codificaciones, mi libre albedrio es en realidad nulo. — Puntualiza y, de inmediato, una lejana voz en sus circuitos reniega tal absurda conformidad.

—Shoto, yo no soy más que un conjunto de reacciones químicas y señales eléctricas. — La asistente olvida cómo respirar, porque a tan escasos centímetros es aún más vulnerable a la fiera mirada de su interlocutor—. Además, tampoco poseo un libre albedrio como tal, porque mis elecciones dependen de mi experiencia, de mis memorias y de mis impulsos.

Ella acuna el rostro bajo su palma.

Desciende su agarre hasta la barbilla ajena y, guía al varón hacia sí —hacia sus labios—.

El androide no opone resistencia, actúa en contra de su programación base y permite que el efímero ósculo tenga lugar. Apenas, un roce. Un instante. El tiempo suficiente para que él engarce ambos brazos entorno a la mujer por la cual el original Todoroki-san no experimentaba más que colérico fastidio o, quizá una propensión que la depresión envileció.

En todo caso, tal información no es relevante si no los datos reunidos por la inteligencia artificial en la última década y, los cuales dirimen a una sola resolución:

—Tú también me gustas; me gustas mucho, Ochako.

A tres años de la primera confesión, la apropiada —y honesta— retribución tiene lugar.

Y, por la deslumbrante sonrisa que obtiene de la fémina, el actual Shoto Todoroki se siente capaz de enfrentar a cualesquiera que pretenda empañar aquella prístina felicidad.

Incluso si es él mismo, con todas las crudas interrogantes que provienen de su lado más racional.

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Ohayo!

Muchas gracias a MerariAlvarado8, Kiiro_Universe y MsWells por confiar en este cutre proyecto y, poh sigo empecinada en escribir con tintes de ciencia ficción y dramatismo de telenovela. Si bien, la racha se perderá en el siguiente episodio que estará consagrado a ángeles y demonios y, cómo me encuentro escribiendo estas viñetas al día, no sé lo que saldrá, jo, jo.

¡Qué tengan un feliz día!

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android】

❀ Crush {Todochako} ● !Veinticinco ViñetasWhere stories live. Discover now