Comienzos .

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POV : •Lia • 38.

Salimos de la playa tomados de la mano, no me imaginé para nada que la visita de Emiliano diciendo que fuéramos a divertirnos terminaría en algo como esto, tenía que admitir que lo que vi me dolió, pensé que para él solo fui un juego y aunque no éramos nada serio el respeto estaba primero .

Su confesión hizo que mi corazón saltara de alegría me hizo ver que la única tonta aquí fui yo , todo había sido planeado por la señor D' Angelo y no había que ser muy inteligente para saber que aquella mujer la cual había hecho a Dominick infeliz fue la misma que vi aquel día, tenía el presentimiento de que era ella por la forma en la cual me miró .

Caminamos por las calles de mi antiguo hogar y respiré el aire fresco, mentiría si dijera que no lo extrañaba y que me moría por ver si todo seguía igual, después de todo pasaron meses sin venir aquí .

— ¿Aquí fue dónde te criaste?.— pregunta Dominick a mi lado con un tono de curiosidad .

— Sí ...— veo los puestos a los que solía venir cuando salía en mi vieja bici y me acerco rápidamente .— mira allá esta el puesto de frutas del señor Taddeo  .— acelero el paso tomando su mano y llegando al puesto para ver las frutas .

Tomo una de ellas y la huelo, están frescas como siempre el señor Taddeo tiene la mejor calidad . Tomo algunas pero a la hora de pagar veo que no tengo mi cartera y que menos traigo dinero .

— Creo que para comprar necesitas dinero .

— ¿¡A sí!? No lo había notado .— digo sarcástica y él rueda los ojos .— teniendo en cuenta que me secuestraste creo que si me di cuenta de que no traigo nada conmigo cariño .

— Solo tenias que pedírmelo .— busca dinero y los dos al ver la billetera nos echamos a reír , resulta que aquí el señor solo tiene tarjetas pero nada de efectivo .— la otra billetera ha de haberse quedado en casa con la prisa se me olvidó .

— Esta bien ...— cuando me dispongo a dejar las frutas  Taddeo hace su aparición.— ¡Señor Taddeo!.— voy hacia él y lo abrazo.

— ¿Cómo estas niña no tan pequeña? .— pregunta cuando ya me he alejado de él .

— Bien, feliz de volver a casa .— sonríe .

— ¿Eso es tuyo?.— cuestiona viendo las fundas y asiento .— llévatelas, estoy feliz de verte Lia.— asiento y me despido de él .

Llegamos al que era mi humilde hogar y veo que todo está cerrado, busco la llave bajo el tapete y abro la cerradura adentrándome con él, todo está tal cual como lo dejamos .

De un momento a otro alguien entra casi a ciegas batiendo la escoba en el aire sin mirar si quiera lo que hace, me río de Colette y su número mientras Dominick a mi lado mira la escena algo extrañado .

— Colette creo que acribillar a los dueño de la casa no es buena idea .— comento entre risas y ella abre los ojos, cuando me ve se sonroja de la vergüenza.

— ¡Ay pero si eres tú!, me iba a dar infarto pensé que le iban a robar lo poco que le quedaba aquí a mi amigo .

— Tranquila somos nosotros .— me acerco a ella y la tranquilizo.

— Estoy feliz de verte mi niña .— besa mi mejilla y no es hasta ahora que mira detrás de mí .— ¡Ay madre santa! ¿Quién es este hombresote hija?.

— Él es Dominick...

— Su novio, mucho gusto .— dice y Colette tiende su mano. Dominick besa el dorso haciendo que Colette le brillen los ojos. Nunca va cambiar esta mujer .

Señor obediencia.Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon