¶Serás mío Kim Taehyung» KTH & tu [COMPLETA]

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Mientras bajaba las escaleras eléctricas del aeropuerto, revisaba mis redes sociales.
Encargué unas cuantas compras de ropa Gucci, y Chanel. Arrastré mi maleta saliendo del aeropuerto, y guardé mi celular, mientras el chófer que había enviado mi padre por mi recogía mi maleta y la guardaba dentro del maletero.

—Buenas señorita Bae, mi nombre es Choi, y a partir de este momento seré su chófer —me hizo una reverencia.

—Ok. Un gusto. ¿Me llevas a casa? Muero por dormir —dije entrando al auto. El rodeó este y se sentó en el asiento chófer.

—En seguida —contestó y asentí sacando unas gafas. Me relajé en el asiento una vez puse estas sobre mis ojos.

Subí dos en dos los escalones de la escalera a la segunda planta de la casa de mi padre, en donde se encontraba mi antigua habitación. Entré a esta, y quité mis tacones y corrí a la cama lanzándome en esta con mis piernas y brazos abiertos y mi rostro contra la almohada.
Cama...te extrañé tanto. Sigues igual de cómoda que hace dos años.

La puerta de mi cuarto se abrió, y se hizo presente la señora Jung.

—Supongo que ya eres toda una mujer y a tu nana no la quieres —cruzó sus brazos.

Reí divertida y me bajé de la cama para correr hacia ella y abrazarla.
—Aigoo...si que has crecido. Estás hermosa —acarició mi cabello.

—Lo siento...—añadí un puchero—. Tenía sueño. Solo quería llegar a la cama.

Ella rió divertida —Así que sigues igual de floja. Veo que en eso si sigues siendo igual.

Reí inocente y luego me alejé para verla.

—Ven. Compré algo para ti —la jalé y la hice sentarse en uno de los sofás de la habitación.

—No es necesario. Hablamos y te dije que no quería que me trajeras nada —regañó.

Puse mis ojos en blanco.
—¿Y desde cuando te hago caso? —contesté.

Ella me vió supuestamente enojada y sonreí inocentemente. Abrí la maleta y saqué un abrigo de piel, Chanel. Color negro.

—Mira. Lo compré específicamente para ti —se lo tendí—. ¿A que es lindo?.

—Y caro. Toma. No lo quiero —negó.

—Por favor...aceptalo —hice un puchero—. Me pasé casi un día completo buscando algo así. Casi le rompo la cara a una que quería cogerlo.

—No puedo creer que hayas hecho eso —habló Hoseok asomándose en mi cuarto.

—¡Hobi! —grité y me abalancé hacia mi mejor amigo.

—Me estás asfixiando ______ —dijo como si se quedara sin respiración.

Me alejé y le sonreí —Te extrañé~.

—Ya lo sé. Me llamabas cada cinco minutos —apretó mis cachetes y reí. Se dirigió a su madre—. Madre, está lindo.

—Y caro —añadió ella justo como yo había hecho.

—Hobi, no quiere aceptarlo —hice un puchero.

—Madre, aceptelo. Recuerde que _____ casi estrangula a alguien por comprarlo —dijo mi amigo divertido y yo asentí.

Ella suspiró —Bueno...pero será lo último que me comprarás tan caro.

—Prometido —levanté mi mano como si hiciese un juramento.

—Bueno, saldré que buscaré tu uniforme y tus libros ya que mañana comenzarás las clases —me sonrió y besó la mejilla de su hijo antes de irse y dejarnos solos.