TU AMOR... QUÉ SE LO LLEVE EL VIENTO!!

Cápitulo 6

Anteriormente:

- Buenas noches señor Rivero- agregó de manera dolida.

- Buenas noches señorita Alvarez- agregó avergonzado Federico.

Durmieron uno al lado del otro pero tan distantes como la primera vez que se conocieron.

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De nada sirve tener a la persona que amas cerca de ti, si ni siquiera puedes respirar su mismo aire. Son cosas impensables, las almas gemelas nacieron para estar juntas, entonces por qué Federico no entendie eso.

Se había pasado la noche entera observándola dormir, rozando sus labios con los suyos y abrigandola cada vez que ella se destapaba. Si eso no era amor, entonce qué es?...La verdad necesito que alguien me explique, porque a lo mejor soy yo que conozco otro concepto del amor que no es el mismo que conoce Federico.

La mañana había llegado, era apróximadamente las siete de la mañana y él se había levantado exaltado por el ruido de su celular. Era la compañía de seguros que lo había levantado temprano para avisarle que ya pronto lo recogerían.

Federico se levantó con mucho cuidado de no despertar a Cristina que aún permanecía dormida.

Ella despertó un poco agitada, había tenido una pesadilla extraña, no era de tenerlas, pero esa pesadilla había sido continua hace seis meses ya.

- No, basta!!!- gritó exaltada.

- Tranquila, no quize despertarte- le susurró.

- No, no es tu culpa, es esta maldita pesadilla que nunca me deja tranquila- se abrazó a él.

- Nunca me imaginé que una mujer como tú tendría esos tipos de sueños- dijo confundido.

- Una mujer cómo yo?...no entiendo tu expresión- se separó de él- Qué quieres decir que soy una zorra y por tanto no puedo tener sentimientos?- se levantó alejándose de él.

- Pero no dije eso...cómo crees que voy a decir eso de ti, Cristina.- se acercó lentamente a ella.

- No lo dices, pero lo piensas, no crees que me he dado cuenta de tus actitudes hacía mí?...Federico, te da miedo acercarte a mi, como si tuviera una enfermedad contagiosa, intento acercarme a ti y me rechazas, si no te busco tú ni siquieras me miras- lo volteó a ver- cómo le dices a eso Federico??...dime si eso no es rechazo o indiferencia?!...porque para mi lo es, es que soy una estupida!!- se aleja de él- Soy una estupida por enamorarme de un hombre como tú, alguien que solo me ve como una diversión pasajera, soy una tonta, caigo una y otra vez, no sabes cuántas veces he caido y cuantas veces me he encontrado con hombres como tú, cuantas veces me han roto el corazón y cuantas veces me he levantado adolorida y llena de heridas en el alma??...no lo sabes verdad?...- volteó a verlo- qué vas a saber tú si solo soy una zorra para ti!!- esto último lo dijo ahogada en llanto.

Federico ni siquiera pestañó, aquella confesión le había calado hasta los huesos. Vio a Cristina alejarse de él y tumbarse al suelo a llorar, tenía sentimientos encontrados, por una parte quería correr hacia ella, pero por otra parte estaba el recuerdo de su esposa que lo atormentaba día a día. Cuando por fin decidió acercarse vio a lo lejos una camioneta.

Dos horas después el auto de Cristina era remolcado por la camioneta, ella iba detrás en el auto de Federico, un silenció abrazador los envolvía, ella decidió sentarse en la parte de atrás del auto, quería tener el mínimo contacto con él, iba con la mirada clavada en el suelo, ni siquiera quería mirar por la ventanilla del coche, ni siquiera quería respirar para no sentir la mirada de Federico en ella.

Llegaron a la ciudad, él la dejó en la escuela, aparcó el coche en el estacionamiento y antes de bajarse para abrirle la puerta, ella lo hizo y sin mirarlo, se alejó de él hasta donde sus ojos no podían verlos.

Federico se sintió culpable, su niña malcriada, como ya estaba acostumbrada a decirle, se sentía la peor mierda del mundo y era él, el que tenía toda la culpa. Decidió darle su espacio, igual la vería al final de la tarde para entregarle su auto ya arreglado.

Federico llegó a su casa, se dio un baño y se acostó un rato mientras intentaba dormir. Aquella noche había sido agotadora, daba vueltas en la cama mientras se preguntaba cómo estaría Cristina.

Ella por su parte, había caído profunda, luego de haberse duchado, comió algo y cayó en un sueño intenso. A su lado, en la mesita de noche, una caja de pañuelos a medio usar, sí, lloró hasta quedarse dormida.

Siete de la noche y el timbre de la habitación de Cristina sonaba a más no poder. Ella estaba totalmente desalineada, tenía hecha una coleta en su pelo y un baby doll blanco que le quedaba ajustado al cuerpo. Se levantó descalza y media somnolienta a abrir la puerta.

- Tú??- le dio la espalda- hoy no trabajo, las putas también tenemos nuestros días de descanso, sabías?- le dijo irónicamente.

- Por dios, Cristina- dijo cerrando la puerta a su paso- vas a seguir con lo mismo?

- Qué haces aquí ahh??...me explicas?

- Vine a entregarte el auto- le dijo acercandose a ella.

- No quiero estar contigo, ya basta!

- Pero qué te hace pensar que solo te busco para sexo, Cristina??- le dijo enfadado.

- Por favor, Federico, qué casualidad que las veces que haz venido acá terminamos en la cama-le gritó.

- Basta ya Cristina!!- la tomó por los brazos- vine a decirte que no eres una mujerzuela, eres la mujer que quiero, maldita sea!!...Por qué eres tan terca, niña malcriada!!

Cristina se quedó paralizada, sus ojos se dilataron y su garganta se secó.

- Ya hablaste bastante, ahora me toca a mí- dijo enojado Federico- no soporto que siempre me estés cuestionando o poniendo palabras en mi boca que ni siquiera las pienso, estoy harto de tener que lidiar con el sentimiento que siento por ti, estoy cansado de tener que vivir con el recuerdo de mi esposa, estoy cansado de verdad Cristina, y sí, yo planée todo anoche, quería estar a solas contigo, y sí, me gustas y mucho, como hace tiempo no me gustaba una mujer, y tengo miedo Cristina, tengo miedo a perderte como pasó con mi esposa, es por eso que no me atrevo a ir un paso más adelante contigo, así que no me digas que te trato como una zorra cuando la realidad es que te estás convirtiendo en el amor de mi vida.

Dejen sus comentarios, los leo...un beso depredador para todos...😘😘