Capítulo 19

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Kayla estuvo un rato en el hospital, pero era claro que Damian no despertaría en mucho tiempo, así que se retiró a su hogar. Antes de irse, junto con Tenta uno de los doctores les avisó que pudieron retirarle los restos de pastillas y el sangrado era ligero pues no era de tanta gravedad ya que no fueron cortes directamente en la muñeca.

—¿Te irás Tenta? —preguntó la canguro.

—No creo pequeña. Tengo que estar cerca de Damian por si le llegara a pasar algo, y no quiero estar en el palacio por ahora. Le pedí a Styx que avisara lo que ocurrió y posiblemente Lucifer y Narissa estén tristes —.

—Bueno Tenta, cuídalo por favor —.

Kayla volvió a recitar las oraciones y el portal se abrió mostrando la puerta de su casa. Antes de que cruzara, sintió una mano deteniéndola.

—Kayla, antes de que te vayas, ¿puedo hacerte una pregunta?

—Claro —.

—¿Cuánto amas a Damian? —.

—Demasiado —contestó sin siquiera pensar en la respuesta. Ya era una algo obvio, y verdadero. El chacal se había ganado el corazón de la canguro en poco tiempo. Era simplemente él y era perfecto ante sus ojos. Si al chacal le pasara algo, ¿que sería de ella? Decidió no pensar en eso. Cuando reaccionó, Tenta ya la había soltado y esta sólo asentía, hasta que habló.

—Me alegra que estés con Damian —dijo Tenta para luego sonreír. Kayla hizo lo mismo y cruzó el portal. Entró a su casa, y ahí estaba su padre sentado en la sala.

—Hola papá —saludó ella con un intento de sonrisa. Debía disimular para que su padre no se preocupara. Y al parecer lo había logrado.

—Hola cariño, ¿cómo estuvo la escuela? —preguntó él para luego darle un beso en la mejilla y volver a sentarse al mueble.

—Estuvo muy bien —contestó ella y era claro que mentía. Damian había estado cerca de morir por segunda vez ,y ahora había algo que lo afectaba y que varias personas podían ver. No era el mejor día ni para ella ni para el chacal.

—Me alegro, la comida está en el refrigerador, puedes calentártela o si prefieres puedes ordenar algo —.

—No te preocupes papá, calentaré la comida y luego me pondré a hacer tarea —.

Kayla se calentó un poco de la comida y luego fue al comedor. Mientras comía, sólo podía pensar en él, en su bienestar. En verdad esperaba que se recuperara, era todo lo que ella deseaba. Si le llegara a pasar algo al demonio no sabía lo que haría.

Cuando terminó de comer, subió a su cuarto y se recostó. Y poco a poco, las lágrimas empezaron a formarse. Ella le había vuelto a fallar. No estuvo con él en sus peores momentos. Y no estuvo con él ahora. Sólo ese pensamiento cruzaba su mente. ¿Habría cambiado si ella se hubiera enterado pronto y lo hubiera buscado? Kayla recordó algo importante en esos instantes: el hubiera no existe.

—¡Kayla, tienes visitas! —se escuchó el grito de su padre desde la planta baja. Kayla bajó y pudo observar a sus 3 mejores amigos. Ellos sólo sonreían.

—Oh, chicos, vengan —le dijo Kayla a los 3, y los guió hasta su habitación.

—Kay, vinimos porque nos preocupamos, te fuiste muy rápido de la escuela y parece que te vieron gritándole a Zill, ¿está todo bien? —preguntó Jack. La canguro lo miró a los ojos y sonrió.

—Oh claro, todo bien, no debían preocuparse chicos, es sólo que pues Zill dijo algo y tuve que responderle, pero no fue nada, no se preocupen —contestó ella. Luego sintió una mano en la suya. Miró y vio a Vanexa verla con ojos sinceros.

—Kayla, soy tu mejor amiga y sé que mientes. Somos tus amigos, sabes que puedes confiar en nosotros —dijo la felina y le otorgó una sonrisa. La canguro la miró, y luego a Spam y a Jack. quienes también le dieron una sonrisa. Sabía que debía ser sincera.

—Es cierto, tuve un problema con Zill. Le grité y lo golpeé —.

—¿Por qué? —preguntó Jack. Era su mejor amigo y él no le había dicho nada.

—Porque... —no aguantó, y antes de poder formular el resto de la respuesta, recordó la imagen de Damian recostado en la camilla y las cicatrizes en sus brazos. Las lágrimas comenzaron a caer.

—Kayla, ¿por qué? —preguntó Spam. En verdad los 3 querían saber qué ocurría, pero no podían presionar a la peli dorada a contestar.

—¡Porque por su culpa Damian está en el hospital! —gritó. El cuarto habría quedado en silencio si no fuera por los llantos de la joven canguro, quien intentaba detenerse colocando sus manos en su cara.

—¿Qu- qué? ¿Cómo que Damian está en el hospital? —preguntó Jack. Se preocupó demasiado. Damian era su primo, su familia, era cierto que a veces tenían descontentos y Damian se comportaba como un tarado, pero siempre encontraban una forma de manejar su relación familiar, y ambos se querían.

—Fue llevado al hospital porque... tuvo un intento de suicidio con pastillas —mientras más hablaba Kayla, sus lágrimas aumentaban. No podía hablar, sentí un nudo en la garganta, pero tenía que explicarles a sus amigos— y tuvo cortes en el brazo. Damian tiene depresión.

Ninguno de los 3 habló y Kayla seguía llorando, ahora abrazada por la gata morada. No podía detenerse, el hablar sobre Damian simplemente la hería, porque cada vez que mencionaba su nombre imaginaba su sonrisa, pero luego lo imaginaba en el hospital.

Vanexa, Spam y Jack se miraron entre sí, sin saber que hacer o decir. Sabían que no podrían hacer parar a Kayla, así que le propusieron algo.

—¿Quieres ir a verlo? —preguntó el zorro anaranjado. Kayla se limpió un poco de las lágrimas, pero era en vano, aún seguía llorando.

—Sí... —respondió sin pensarlo, y volvió a decir las oraciones. El portal se abrió frente al grupo de amigos, y todos se sorprendieron. Kayla lo pensó un poco por su padre, pero no importaba, lo más probable es que no se diera cuenta, así que se levantó y lo cruzó— Pueden pasar, es seguro.

—¿Cómo..? —preguntó Jack.

—Bueno, cuando tu pareja es príncipe del Infierno, aprendes muchas maneras para llegar con él —.

Los 3 restantes cruzaron y el portal se cerró detrás de ellos. Ya estaban en la sala de espera, y Kayla sólo miró a los lados cuando pudo divisar a la de cabello rosado.

—¡Tenta! —gritó y fue corriendo hacia ella siendo perseguida por sus amigos.

—Oh, Kayla, ¿está todo bien? —.

—Bueno, más o menos, ¿cómo está el? —.

—Está estable, el doctor dijo que fue bueno que lo trajéramos lo más pronto posible —.

—¿Podemos pasar a verlo? Vengo con Jack y unos amigos —.

—Claro, unos minutos —.

Tenta los guió a la habitación del demonio. Cuando llegaron, Kayla abrió la puerta y pudo verlo. El silencioso cuarto donde sólo se podía escuchar la tranquila respiración de Damian. A la canguro le dolía verlo así, y se podía notar en su rostro. Era claro que lo amaba demasiado y el hecho de que él estuviera en ese estado la derrumbaba.

—Mejorará Kay —dijo Vanexa, mientras tomaba la mano de su mejor amiga. Kayla dio un suspiro.

—Eso espero —.

Entonces la máquina de EGC comenzó a sonar rápidamente, y luego un pitido continuo.

Damian estaba muriendo.

Damian (Zoophobia)Where stories live. Discover now