𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 3

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Michael

- Nicolás, ¿puedes abrir la puerta?

- ¡No!

- Por favor abre la puerta

- ¡No quiero!

- Se que es duro y quieres a tu mamá, yo también la quiero aquí pero... Aún no podemos hacer nada

- Derrepente abrió la puerta haciendo que yo rwyrocediera un poco - ¡por tu culpa ella no está aquí! ¡Por tu culpa ella está en la cárcel! ¡Quiero a mi mamá!

- Nicolás....

- ¡Es lo único que quiero, ya pasaron seis meses, cuanto tiempo tengo que esperar!

- Creeme, tengo algo en mente, pero necesito tiempo

- ¡¿Cuánto tiempo más necesitas?! ¡¿Cuánto?!

-...

- ¡Quiero a mi mamá, sino traes a mi mamá de vuelta, no quiero volver a verte en mi vida!

Volvió a meterse a su cuarto y cerrarme la puerta en la cara.

- No me digas eso, yo también estoy muy mal por ello... Necesito de tu apoyo Nicolás, te traeré a tu madre eso lo puedo asegurar, pero... Dame tiempo es todo lo que te pido

-...

- Las cosas no pueden suceder de la noche a la mañana, no sabes cuanto me gustaría que así fuera pero no puedo hacerlo e estado dando lo mejor de mí para que ella salga de ahí

-...

Decidí mejor irme y dejarlo tranquilo por el día de hoy.

Me duele que el diga algo así, pero, creo que esta en todo su derecho de estar enojado conmigo.

Sacaré A Caroline de ese lugar, lo juro sobre la tumba de la señora Omer.

....

Caroline

Estaba sentada sobre mi cama, totalmente aburrida y sin nada que hacer, sentí que estaba empezando a oscurecer así que ya era hora.

Miré por la muy pequeña ventanilla que tenía esa jaula que daba hacia el extererior, ese espacio era más que que suficiente para poder ver el hermoso atardecer, era mi momento favorito de todo el dia, es lo único que me recuerda, que los días no son tan triste y grises como aquí adentro, esos pocos segundos que duraban eran más que suficientes para poder darme alegría.

- ¡Vamos chicas salgan de ahí! - gritaban las guardias abriendo las jaulas - ¡es hora de la cena! ¡Rápido salgan y en orden!

Abrieron nuestra jaula pero sin dejarme salir solo a mi, ya que a mi compañera si pudo salir.

- Lo lamento - dijo aquella mujer uniformada poniendo un puchero más que falso - la comida no alcanzó para ti

- ¿Qué?

- No hay comida para ti

- ¿Por qué? ¡Ya es el tercer día que no me dan comida! ¡¿Por qué sólo yo y no alguien más?!

- Se un poco más amable con tus compañeras reclusas

- Tengo hambre, ¡quiero comer algo!

- ¡Callate! - golpeo su barrote contra los tubos de la celda - ¿Quieres volver a tomar ese baño con aquellos hombres?

- Negué con la cabeza -

- Entonces comportate

- Siempre lo hago, no causó problemas por que...

𝑻𝒆𝒏𝒆𝒓𝒕𝒆 𝑱𝒖𝒏𝒕𝒐 𝑨 𝑴𝒊Where stories live. Discover now