Capítulo Cincuenta y Siete

45 6 11
                                    


Queridas lectoras y si es que hay hombres, queridos ustedes igual. He venido aquí con la cabeza baja en un intento de disculpa por todo el tiempo de espera y desaparición. No saben la vida que me cargo, pero entre otros temas, si aun quedan interesados en leer el final de esta historia, he aquí el resultado ya listo. 

Antes de que comiencen a leerlo debo advertirles que esto estaba planeado desde el inicio y aun así me asombra que no lo haya podido escribir y subir antes. Pero de todas formas, por fin llegó, por lo que agradezco enormemente a toda esa gente que ha estado en este proceso conmigo, los amo un montón, de verdad gracias por siempre darme el gran apoyo con esta historia y toda la motivación necesaria, disculpen por a veces no cumplirles, pero de verdad sin ustedes no podría haber hecho nada. 

Hoy por fin, veremos el final de Rubí. Hoy 09 de abril de 2021, después de casi 4 años. Por fin ha llegado. 

No me queda nada más que decir, solo... que lo disfruten. 


Capítulo Cincuenta y siete

Viterbo, Italia

25 de abril, 2010

Vita pasó corriendo a su lado como si el diablo la llevara encima, incluso alcanzó a golpearla en el brazo al pasar y cuando llegó al baño se encerró a vomitar invitando a todos los que estaban en el segundo piso a salir de sus habitaciones para escuchar el desagradable momento.

—¿Qué diablos le pasa? Lleva así por varias semanas —comentó Franco cruzándose de brazos al llegar al lado de Rubí.

—¿Qué acaso no tiene un baño en la habitación? ¿Por qué tiene que salir corriendo como desquiciada todas las mañanas? —reprochó cruzándose de brazos también.

—La señorita me pidió que limpiara su cuarto esta mañana y cuando comencé a pasar el desinfectante no aguantó más y salió corriendo —se agregó a la conversación una de las mucamas de la casona.

—Mmmh.

—¿Qué ocurre allá arriba? —la Señora Fiore apareció por las escaleras observando al grupo que miraba expectantes la puerta del baño principal.

—Vita pasó corriendo al baño a vomitar, por tercer día consecutivo en la mañana —señaló Rubí como una niña sin comprender la situación.

La Señora Fiore abrió sus ojos más de lo común, miró a Franco con unos ojos acusadores y luego se encaminó al baño adentrándose sin tocar. Luego de por lo menos media hora en la que la mayoría de los espectadores se había retirado para hacer sus quehaceres, se abrió la puerta haciendo que las miradas de Rubí y Franco se cruzaran con la de Vita.

—¡Seré abuela! —gritó de pronto la Señora Fiore haciendo que Franco de pronto se atragantara con su propia saliva y Rubí abriera sus ojos a más no poder. —Debemos ir a comprar muchas cosas, Rubí, tendrás un hermoso sobrino o quizás sobrina, debemos ir al médico, Vita, para saber que está todo bien, vamos, Rubí, debes acompañarnos, como las mujeres de esta familia, oh cielos que emoción.

—Si... voy... —susurró Rubí al tiempo que la Señora Fiore chillaba de emoción llevando de la mano a Vita y se alejaban con cuidado por la escalera.

Rubí giró en redondo golpeando el hombro de Franco para hacerlo entrar en razón, solo en ese momento él la miró tan asustado como fuera posible.

—No la he tocado —susurró aun en shock.

—¿Qué?

—Que no la he tocado, Rubí, yo jamás he tocado a Vita, ¿qué mierda haremos? —se tomó el pelo desordenándolo más de lo que ya estaba.

Rubí // Killer I: La Joya.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora