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El señor Yagami había decidido sentarse en el sillón a descansar un momento y había acabado quedándose medio dormido.

Elle volvió a fijar su vista en el ordenador, ahora que se sabía la contraseña podía buscar él mismo alguna noticia interesante.

Se fijó en el escritorio, el fondo de pantalla era una L grande y bonita, escrita con algún tipo de letra elegante. A parte de eso el escritorio estaba lleno de carpetas, que suponía eran de sus casos.

A pesar de no haber usado un ordenador nunca, sabía perfectamente cómo usarlo. No dudó al pulsar el icono de Google que le salía en la barra de tareas y pronto se encontró con muchas pestañas que él no había abierto.

Al parecer se las dejó abiertas la última vez que usó el ordenador, qué descuidado de su parte.

Tenía una ficha policial de un tipo con el pelo negro y una cicatriz en la cara abierta en una pestaña, en otra, una búsqueda en internet sobre un asesino en serie alemán que al parecer no habían atrapado aún. Miró en la siguiente pestaña y se encontró con lo que parecía ser su correo personal.

Tenía muchos correos sin abrir al parecer, la mayoría de un tipo llamado Watari.

Se le hacía conocido el nombre, agradable, pero no sabía de qué. Con curiosidad decidió leer el primer correo que le había enviado.

"Ya tenemos las pruebas que querías Ryuzaki. Aquí te adjunto una copia."

Ese mensaje había llegado a las seis de la mañana. Abajo estaba dicho archivo adjuntado, pero el niño no le hizo caso a ese hecho. L decidió leer el siguiente.

"¿No contestas? ¿No me digas que te has dormido? Recuerda que necesitamos tu aprobación para seguir adelante con el plan"

Ese mensaje había llegado media hora después, a las seis y media. Seguramente quien escribió eso se esperaba una respuesta irónica, diciendo que él no necesitaba dormir, pero nunca llegó dicha respuesta.

"Ryuzaki, me comienzo a preocupar. Por favor responde."

Ese fue el tercer mensaje, a las siete de la mañana.

"Supongo que realmente te has dormido, te he dicho muchas veces que no es bueno quedarse hasta tarde. Al final te cansas y lo sabes."

"Mañana te escribiré de nuevo, espero tener una respuesta para entonces. Buenas noches"

Esos mensajes llegaron poco después, con pocos minutos de diferencia. L se mordió el labio inferior, no sabía quién era, pero estaba claro que se preocupaba por él.

Pensó que no sería buena idea dejarle sin contestar durante dos días hasta que volviera a la normalidad, ya que podría preocurpar a quien fuera esa persona bastante.

Así que decidió responderle.

Se tomó su tiempo para escribir la respuesta, no quería que se notara que era un niño. Así que pensó en cómo escribiría si fuera un adulto.

"Ya lo e bisto, gracias. Seguid con el plan tal i como estaba prebisto."

Y lo mandó, sin ser consciente de su mala ortografía. A los pocos segundos la pantalla cambió y en su lugar apareció una negra, con un botón verde a la derecha y uno rojo a la izquierda. En medio de la pantalla apareció un nombre: Watari.

L entró el pánico al ver que el ordenador estaba haciendo ruido y trató de salirse de la pantalla, pulsando el botón verde por accidente.

Por instinto, en cuanto vio que había respondido a la video llamada trató de tapar la cámara con las manos.

48 horas - LawlightWo Geschichten leben. Entdecke jetzt