capitulo 4

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Capitulo 4
Maratón: 1|3

James tomó el sobre, lo abrió y leyó rápido.

-¿No se mudó usted aquí el fin de semana pasado? -preguntó más tranquilo y ella asintió.
-Entonces lleva aquí una semana más que yo.
-¿Qué? -preguntó sorprendida.
-Es cierto. Alguien llamado Adam Sanford vivía en mi apartamento antes de que yo lo ocupara. Vienen a buscarlo a menudo.
-Comprendo -tragó en seco y bajó los hombros.
-Adam Sanford es un delincuente de primera -le explicó él luego de haber sacado su carnet de conducir de su billetera para confirmar su identidad-. Últimamente lo han mencionado con frecuencia en los periódicos, lo buscan para interrogarlo sobre el asesinato que hubo en un hotel la semana pasada. Supongo que habrá leído la noticia.
-Nunca me fijo en ese tipo de noticias -murmuró moviendo la cabeza lentamente.
-Me lo imagino -volvió a sonreír al ver su actitud de erudita. Seguro que para entretenerse aquella mujer sólo leía la sección financiera y los editoriales.

Era un alivio poder aclarar por fin el asunto. James consultó el reloj y pensó en Chenille. Si se daba prisa, llegaría a tiempo para ver la primera función.

-Supongo que ya sabes dónde estamos -dijo de forma amistosa-. Esos bebés no tienen nada que ver conmigo.
-Lo siento mucho -lo miró con tristeza-. Sólo trataba de protegerlos.

Él sonrió y de pronto su aspecto fue bastante agradable. Quizá, a pesar de todo, llegaran a ser buenos vecinos.

-No ha habido daños -contestó encogiéndose de hombros-. De hecho, ha sido interesante de alguna manera -se volvió hacia la sala-. Tengo un compromiso y debo irme ya.
-Pero... deja a los bebés.
-No puedo acudir a una cita con ellos -se volvió para despedirse y la vio tan angustiada que tosió con discreción-. Además, no son míos.
-Supongo que eso ya lo hemos dejado claro -asintió con la cabeza inclinada de lado para verlo bien-. Pero tampoco son míos.
-Usted se los ha encontrado -se la quedó mirando porque no comprendía y comenzaba a preocuparse, pero le ofreció su sonrisa más irresistible-. Quien encuentra algo se queda con ello.
-A los niños no se les puede meter en el armario como se hace con unos patines o una pelota nueva de baloncesto. Necesitan cuidados constantes.

Él titubeó y observó la habitación como si fuera a encontrar la respuesta en las paredes. Cuidados constantes.

-Entonces, ¿Qué hacemos ahora? -preguntó-. ¿Llamar a la policía?
-Es lo último que querría hacer -movió la cabeza más angustiada y titubeante-. La policía no está equipada para cuidar a recién nacidos. Tienen otras cosas que atender.
-¿No están las agencias del gobierno para atender este tipo de problemas?
-He llamado al Servicio Social -miró el reloj-. Dese cuenta de la hora que es. Las oficinas deben estar cerradas ya y no me han llamado -lo miró con aire de desafío-. Creo que comprende lo que eso significa. A menos de que Adam aparezca o vuelva Janine para llevárselos, tendremos que quedarnos con las criaturas toda la noche.
-¡Toda la noche! No, eso sí que no -___ creyó que lo vio ponerse lívido. Comenzó a alejarse de ella preocupado al comprender la situación-. Imposible. Además, ¿a quiénes se refiere al decir tendremos?
-Usted y yo -lo siguió para no permitir que saliera-. ¿Cómo cree que voy a dejar que los cuide solo?
-Pensaba que por ser mujer, usted se ofrecería a cuidarlos. Es algo que saben hacer las mujeres.

___ hizo un movimiento negativo con la cabeza 
y esbozó una sonrisa.

-Lo siento, James. No será tan fácil. Verá, aunque yo sea mujer, no sé nada de bebés.
-Yo tampoco -respondió acongojado.

un regalo en mi puerta(james) CompletaWhere stories live. Discover now