Unos meses después de la batalla en la tierra contra el titán loco, todos parecen seguir con sus vidas con normalidad. Todos excepto Mcguire, quien no seguía adelante, sus pensamientos continuaban recordandole su amor por Steve Rogers.
Sin embargo...
There must be an angel with a smile on her face,When she thought up that I should be with you.But it's time to face the truth,I will never be with you.
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-¿Estas listo?- dijo Mcguire entrando a la habitación donde Sam se alistaba, él miraba el escudo de su viejo amigo que ahora le pertenecía.
-Si, es sólo que...-pausó unos segundos.- Espero que esto sea lo correcto- Suspiró el moreno.
-Lo es Sam, creo que es la mejor opción que pensaste.- Ella se recargó en el marco de la puerta.-el escudo estará a salvo...-
-Por eso quería que estuvieras en este día conmigo. Sé lo que Steve significó para ti..- Ella lo interumpió
-No, no sigas Sam. No quiero hablar de eso.- Se acercó a su amigo y lo abrazó. Aunque siempre se molestaran, esos dos se tenían afecto.- Hoy vengo por ti, no por él. – Dejo la frase incompleta. Para ella aún era dificil pronunciar el nombre de su amado.- Y por ti, porque este traje no te sienta nada- Acomodó su corbata
-Muy graciosa, podría decir lo mismo de ti señorita Mcguire, nunca te habia visto de tacones ¿Qué dicen tus probabilidades de eso?- Dijo Sam, a lo cual ella rió por su broma haciendo elusion a sus poderes.
-Ja ja, ya vamonos.- Dijo sin más la pelinegra.
. . .
-Steve representaba lo mejor de nosotros. Valiente, justo, optimista. Y era un maestro posando estoicamente- La audiciencia rió.-El mundo ha cambiado para siempre, hace pocos meses millones de personas reaparecieron después de 5 años y el mundo calló en el caos. Se necesitan héroes, unos que se adapten a esta nueva época. Los simbolos no son nada sin las mujeres y hombres que le dan significado. Y este escudo...- Sam se acercó y tomó entre sus manos el escudo de su mejor amigo, para él era sostener el legado de toda una vida. Toda una vida que lo sobrepasaba.-No se si haya simbolo mas significativo. Pero esto es más por el hombre que lo portó y él se ha ido...- El moreno siguió con sus palabras.
Mcguire, quien miraba entre el público no pudo más. Claro que era cierto que esta ahí por Wilson, quien era su amigo y confidente más cercano debido a la muerte de la viuda negra. Pero sus emociones podían más.
A tropezones salió de la sala de conferencias, aquél lugar no era más que un recordatorio de Steve Rogers. Había fotos por todos lados, historias de sus aventuras, etc. Y claro, el nombre de la famosa Margaret Carter. Mcguire nunca le dijo Peggy en todos esos años, muy en el fondo de su alma siempre supo que él le pertenecía a ella y visceversa.
Una vez fuera, con el viento en su rostro pudo llorar. No era llando desgarrador pero si eran lágrimas rebeldes que descendían sobre sus mejillas. Los recuerdos de Rogers la inundaban. Esos dos eran un equipo fenomenal, en cada misión sin falla ella lo acompañaba, era su mano derecha y era una coordinación tan majestuosa que parecían mente y cuerpo en un solo individuo.
