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Playlist de hoy:

- Joe Hisaishi: Merry- Go- Round

- LAGOS, Danny ocean: Mónaco

-  Doja Cat: Woman

- J Balvin, Bad Bunny: QUE PRETENDES

- Cannons: Fire for you


Durante este pequeño momento de emociones encontradas y la constante aventura inesperada donde Iseul  se había visto envuelta alrededor de dos almas libres y salvajes como lo eran Jungkook y Taehyung fácilmente puedes percatarte de lo bueno que es alejarse de la familia, el respiro de aire libre en una ciudad donde nadie sabe tu nombre y por lo tanto no esperan nada de ti. La familia siempre había sido importante para ella, a fin de cuentas es el núcleo de donde nacen tus ideales, pero la verdad era que Iseul siempre había sido privada de expresarse libremente, creciendo en conjunto de padres homofóbicos y de mente relativamente cerrada no era fácil para una niña curiosa en constante crecimiento, en una sociedad donde las apariencias de los moldes físicos a los que llamamos cuerpo significaran mas que las intenciones y emociones casi la mayor parte del tiempo, creciendo bajo regímenes de belleza que se vuelven difíciles de alcanzar, creciendo en un hogar donde la pureza es meramente deber y responsabilidad de la mujer, donde no debes vestirte de cierta manera si no quieres captar atenciones indeseadas, etc. Ahora Iseul siente que puede hacer y pensar lo que su corazón desee. A pesar del peligro que conlleva la extraña relación que es capaz de llevar con los dos jóvenes Iseul se siente bien, demasiado bien, aquellas dos personas han sido el aire fresco que necesitaba desde hace bastante tiempo y aunque al principio había juzgado de mala manera a Jungkook su punto de vista de él ha cambiado completamente tan solo al ver la lealtad que le tiene a Taehyung y la evidente relación estrecha que ambos comparten, es dignamente algo de admirar y la joven puede afirmar todo lo anterior simplemente estando sentada al borde de un banco de piano viendo a Jungkook interpretar la suave melodía "Merry-go-round of life" con dedos elegantes y decorados con bonitos matices de tinta negra con significados misteriosos a los ojos de ella.
Iseul quería evitar a toda costa el ponerle alguna etiqueta especifica a lo que estaba sintiendo, no quería confundir las cosas de ninguna manera, no quería confundirse y mezclar ciertos sentimientos importantes con la recientemente libertad que estaba experimentando y la euforia que con ello viniera.
Cuando los ojos de los dos tuvieron conexión, Jungkook e Iseul compartieron una sonrisa como hace mucho ambos no eran dichosos de esbozar, una evidente tensión palpable en el aire que fue interrumpida por el inigualable sonido proveniente del celular de "trabajo" del muchacho en cuestión, cosa que hizo a Iseul romper la burbuja en la que ambos habían estado por unos cuantos segundos.

-Esta bien sí contestas, puede ser algo importante. 
Inmediatamente seguido de haber respondido aquel aparato el cambio en las facciones y tono de voz en Jungkook eran demasiado evidentes, al igual que la repentina palidez y escasez de palabras ante lo que sea que haya sido que le estuvieran diciendo al otro lado de la línea.
Iseul comenzó a preocuparse de pronto porque estaba más que claro que se necesitaba de mucho para dejar perplejo de esa manera al muchacho frente a ella. Jungkook lleva un repentino ceño fruncido pero lo que distrae a Iseul de las facciones casi perfectas del joven es el repentino grito en lo que parece ser italiano que le dedica a la persona en la otra línea para después cortar la llamada sin segundos miramientos.
-Taehyung vuelve a casa.

[...]

Taehyung había pasado días duros antes de que Park Jimin pudiera sacarlo de las garras de su más reciente enemigo en cuanto a mercancía y territorio se trataba, una guerra constante donde obviamente el mayor depredador ganaría; es por eso que Taehyung estaba cómodamente sentado en el asiento trasero del bonito BMW que había adquirido hace no mucho tiempo. Cualquier par de ojos curiosos que tuvieran la dicha de verlo ahora mismo podrían pensar los peores escenarios al ver la sangre en la camisa del joven pero él portaba aquellas manchas carmesí con orgullo, orgullo de poder demostrar sin siquiera una palabra quienes eran las verdaderas personas en desventaja, lo que Kim no contemplo era la disconformidad y preocupación pintadas en las facciones de Iseul cuando lo vio por primera vez después del accidente en la carrera.
Por el otro lado Iseul sentía unas ganas incontrolables de lanzársele al cuello a Tae con sentimientos de felicidad y cierto enojo dirigidos hasta este ultimo y de no ser por el firme agarre de Jungkook en la cintura de la chica ella estaba segura de que las rodillas se le hubieran doblado de las emociones que cruzaban por su cuerpo.

P H O T O G R A P H Y; KTH Donde viven las historias. Descúbrelo ahora