Bajo una luna rota

Capítulo 13

Hola amigos, ¿cómo va?

Entonces, hablamos de verdad, chicos. Estuve trabajando duro para terminar este capítulo y me siento muy cansado, así que, un grito a Chaos y empecemos con esto.

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Era la mitad de la noche en el Ashenwood devastado, y la pálida luz de la luna fragmentada encontró a los cazadores atrapados turnándose para vigilar mientras los demás intentaban descansar lo poco que podían. Estaba alto en el cielo cuando Tristard había venido a reemplazar a Blake, pero la chica se encontró demasiado nerviosa para dormir, y por lo tanto permaneció a su lado por un tiempo más, su visión nocturna y sus habilidades mágicas demostraron ser la mejor combinación para asegúrese de que los bandidos no intentaran nada durante la noche. Hasta ahora, no parecían inclinados a hacerlo, pero eso estaba lejos de ser un pensamiento reconfortante para la chica de cabello negro, cuando podía ver fácilmente el movimiento en la distancia, de formas que se arrastraban entre las ruinas, lo que indicaba que estaban siendo miraba a cambio.

"¿Crees que intentarán cualquier cosa?" Ella le expresó estas preocupaciones a su compañero, sin esperar realmente un comienzo temprano de las hostilidades que se cernían sobre ellos.

"No, es poco probable." El archimago gruñó. "Kron está tan seguro de nuestra impotencia que no verá la necesidad de romper su palabra. Y sus matones le temen demasiado como para ir en contra de sus órdenes. Nos dieron hasta mañana, y tendremos ese tiempo".

"¿Cómo te imaginas eso?" Blake preguntó, curioso de cómo estaría tan seguro.

"La batalla de hoy. Los hombres a los que nos enfrentamos todos parecían ... frenéticos en sus acciones, incluso desesperados. Entonces me pareció que temían lo que fuera a sus espaldas más de lo que nos temían a nosotros o las consecuencias de la lucha. Después de ver a ese hombre , quedó claro por qué ... he visto esa mirada antes. Nunca en buenas personas ".

Tristard no dio más detalles, y el silencio cayó entre ellos una vez más durante un buen rato. Finalmente, Blake echó un vistazo a su compañera de equipo y amiga. El mago estaba erguido, con los hombros rectos y las manos apoyadas en el golpe de su arma, con la punta de la hoja en el suelo, su máscara dorada delataba poco más que tenues inclinaciones de una forma u otra mientras observaba en silencio sus alrededores. Él tenía una figura bastante imponente como esta, descubrió la niña, luciendo casi como un guardián incondicional de esos viejos libros de fantasía que solía leer en su juventud, antes de que sus gustos se trasladaran a temas más... exóticos.

Aun así, sentía cierta tensión y Blake no se la perdió.

"¿Un gravamen por tus pensamientos?" Se ofreció, haciendo que el dracónido se volviera para mirarla, a lo que trató de darle su mejor sonrisa alentadora. Se hizo el silencio por un poco más de tiempo antes de que Tristard soltara un suave suspiro y se quitara la máscara, revelando la mirada pensativa en su rostro debajo.

"Estoy ... decepcionado, supongo." Finalmente respondió. Blake no pudo evitar levantar una ceja ante la admisión, instándolo en silencio a que explicara más. "En toda esta situación, y mi propia participación en ella".

"¿Qué quieres decir? No podrías haber sabido lo que pasó aquí."

"No." El archimago asintió gravemente. "Salvar este lugar estaba más allá de mí, pero las consecuencias ... He tratado con este tipo de personas antes. En repetidas ocasiones. Debería haber visto las señales. Debería haber escuchado la sensación de que algo andaba mal. Me duele que haya crecido complaciente, y que mi complacencia nos ha puesto a todos en una posición difícil ".

Blake no sabía qué esperaba, pero ciertamente no era así. Desde que lo conocía, el hombre de otro mundo siempre había sido un pilar de confianza jovial, tranquilo, sereno, amistoso y siempre con un truco bajo la manga para la situación en cuestión. ¿Se estaba culpando honestamente a sí mismo por todo el lío en el que se habían encontrado?