19

1K 127 23
                                    

Con odio

Mientras al fin consigo entrar al aparcamiento de la escuela voy echando humo como locomotora.

Mi estrés está por encima de los estándares adecuados y me creo capaz de pasarle el auto encima a alguien por simple gusto.

Pero me controlo y hago entrar a mi mente en razón.

Me cuesta trabajo encontrar un lugar vacío, pues ahora mismo todos están en clase y yo vengo llegando una hora tarde por las putas bromas del monstruo que tengo a un lado.

Desde ayer ha comenzado a llover, e incluso ahora no ha dejado de hacerlo.

Para este punto todo por donde mires está mojado, sucio, y la tierra hecha lodo.

No es que me desagrade la lluvia, pero jamás había visto sus secuelas como un problema hasta hace una hora cuando por los juegos infantiles de Belcebú nos caímos a un charco gigante de lodo.

Ahora estoy haciendo un máximo y estratosférico esfuerzo por no arrojarlo del auto en movimiento y solo intento imaginar que no está aquí a mi lado.

Por fin encuentro un lugar y estaciono el auto rápidamente para salir disparada a mi clase.

—Cuidado, Pecado, no querrás caer de nuevo — advierte cuando estoy fuera y comienzo a andar rápido.

—Retráctate de tus amenazas antes de que las cumpla por ti — amenazo.

—No era una amenaza, solo una advertencia. El piso aquí también está mojado.

—Mientras no me acerque a un charco contigo a un lado estaré segura.

Sigo caminando rápidamente, aunque con más precaución que antes y cuidándome a toda costa del demonio.

Para mi pésima suerte escucho el timbre, y tengo que dar mi primera clase por pérdida.

—Hey, no vayas a hacer rabietas — sugiere al notar que me he detenido y tengo el cuerpo rígido del enojo.

—¡Acabas de manchar un historial anual perfecto sin faltas!

—¿Cómo consigues pasar un año aquí adentro sin faltar una sola vez? — cuestiona mirándome con desagrado —, hasta yo me daba oportunidad de faltar a juntas con mi padre de vez en cuando.

—Y mírate, ya no tienes oportunidad de entrar a otra de nuevo.

—De igual forma siempre fueron aburridas — se encoge de hombros.

Continúo caminado, aunque esta vez ni siquiera me presiono en ir más rápido, pues la primera clase está perdida para mí.

El campus que permanecía desierto comienza a infestarse de gente, y estoy a punto de ir al salón que me corresponde cuando encuentro a Archer cerca.

Aunque dudo en acercarme, termino yendo hacia donde está.

Más lejos hay un tumulto más grande y fuera de lugar de lo habitual, y aunque quisiera imaginarme una pelea, todo luce muy tranquilo y no escucho gritos de apuestas a alguien.

Tentación Where stories live. Discover now