—E-Esto... L-Lo siento Neji-nii-san —repitió, en una voz muy suave—. Y-Yo... si y-yo no hubiera nacido... Neji-nii-san habría sido m-miembro del Souke.

Y esas fueron las palabras que terminaron de colmar su escasa paciencia ¿Acaso Hinata se estaba disculpando por haber nacido? ¿Por haberlo hecho en el Souke? Era injusto, y estúpido, pues ella no había elegido nacer en la rama principal y ciertamente no le debía nada a Neji. De hecho, y en opinión de Kiba, era él quien debería estar disculpándose con Hinata por haberla intentado matar años atrás. Pero no, allí estaba, observándola en silencio disculparse por haber nacido sin siquiera decir nada. Sin siquiera intentar detenerla ¿Acaso Neji creía que todo hubiera sido mejor si ella no hubiera nacido?

—¡¿Qué dices Hinata? —rugió, molesto. No podía permitir que siguiera humillándose de esa forma, que siguiera disculpándose por algo como haber nacido. Ella no debería... no debería-

Pero ella bajó la mirada y negó muy suavemente con la cabeza, y Kiba temió que fuera a llorar en aquel preciso instante. Pero no lo hizo —Neji-nii-san... h-hubieras sido m-mejor... que yo... c-como heredero... —musitó, jugando nerviosamente con sus dedos como solía hacerlo, su voz casi un suspiro. Kiba, ante esto, se tensó pero no dijo nada. Él sabía perfectamente, aunque no quisiera admitirlo, que aquello no era asunto suyo y que Hinata no necesitaba de él para manejar una situación como tal. Ella era fuerte, más fuerte de lo que muchos creían.

—L-Lo siento... —se volvió a disculpar—. F-Fue mi culpa, ¿v-verdad? T-T-Tu papá... Y-Yo debería... llevar el s-sello...

Desde que había sido capaz de entender lo que sucedía en el interior del clan, y la razón por la que Neji –quien de niño había sido amable con ella- parecía odiarla, se había culpado por ello. Por todo. Como heredera del Souke, sabía que era inapropiada. Él no, él era todo lo que se podía esperar de un miembro digno del clan y sin embargo estaba confinado a una vida de esclavitud a causa de haber nacido ella primero. Sin mencionar... ese incidente... ese que ella no recordaba (por haber sido demasiado pequeña) pero que sabía exactamente, por bocas de otros, todo lo que había sucedido. Todo sobre el secuestro, el asesinato y la petición de la aldea de las nubes. Todo sobre la muerte del padre de Neji por culpa de ella. S-Si yo hubiera sido más f-fuerte...

Él la interrumpió tajantemente —Nadie debería.

Si, lo sabía. Nadie debería tener que llevar aquel símbolo implantado en su carne. Nadie debería ser forzado a estar enjaulado por el resto de su vida, siendo tratados como meros reemplazos para los miembros de la rama principal. No, nadie. Por esa razón, ella había decidido tiempo atrás –aunque nunca se lo había confesado a nadie- entrenar duro para poder volverse una digna líder de su clan. Para poder tomar el puesto que le era asignado por naturaleza y poder cambiar desde adentro la estructura de los Hyuuga, poder cambiar la maldición del clan, el destino de odio de los Hyuuga.

Hinata asintió —Neji-nii-san... y-yo quiero m-mejorar... quiero hacerme más fuerte, como N-Naruto-kun... p-para s-ser l-lo suficientemente b-buena... Q-Quiero se-seguir entrenando... —su voz se quebró ligeramente, algo que estuvo segura no pasó desapercibido a los ojos de Neji, así como tampoco dejaría de ver la humedad latente en el filo de sus ojos blancos ni el peculiar brillo que acababa de adquirir su mirada. Pero Hinata no lloraría, estaba decidida a no hacerlo. Eso era, lo que había decidido. Esas eran sus palabras y no se retractaría de ellas, ese era su camino ninja. E-Esto es... lo que N-Naruto-kun habría hecho...—. N-No quiero que n-nadie más... s-sufra... c-como tú Neji-nii-san... —e inmediatamente los ojos de ella se detuvieron unos segundos en la frente de él.

4X:AireWhere stories live. Discover now