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Hay personas que sonríen, pero para que yo sonría, tengo que tener una cerveza en manos.

Reflection - RM

Yoongi se adentraba al bar buscando con su mirada la figura de su amigo, sus ojos estaban inchados y rojos en acompañamiento de sus mejillas y nariz

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Yoongi se adentraba al bar buscando con su mirada la figura de su amigo, sus ojos estaban inchados y rojos en acompañamiento de sus mejillas y nariz. Se sentía tan miserable que lo único que quería era sumergirse en el alcohol siendo muy bien acompañado de su amigo.

Pudo divisar una cabellera rojiza y supo de inmediato que era él, suspirando se acercó invadiendo a todos ahí, no le interesaba ser golpeado o empujado, solo quería llegar a lado de su amigo y ponerse a beber hasta perder la razón de todo a su alrededor, olvidar que su corazón esta dañado, roto. Más miserable no se podía sentir.

–¡Hey, Yoongi-hyung!– unos brazos lo envolvieron y juro que se sentía igual que los de su madre, ese enorme nudo que estuvo reteniendo creció otro tanto poniéndolo difícil. –Me alegra que hayas venido, tuve el atrevimiento de pedir por los dos, ¿está bien?– se alejo del mayor viendo como este se tomaba su tiempo para contestar sin sonar tan roto.

–Como sea, da igual– se sentó a lado de él en la barra tomando enseguida de su trago sintiendo el líquido recorrer su garganta.

No entendía qué estaba haciendo ahí, por qué no se había ido a otro lado con su corazón roto. Sintió que esta era una buena oportunidad para hablar, para dejar salir todo lo que siente acompañada del alcohol, no era la mejor forma pero a él no le importaba, solo quería dejar de sentirse así, tan lastimado, tan estúpido.

El pelirojo lo miro extrañado y sin dudarlo preguntó: –¿Te encuentras bien?

La suavidad de su voz llego hasta los oídos del mayor quien giró su cabeza para verlo a los ojos, negó dejando caer su rostro en la barra de madera lamentándose una y mil veces más. Se estaba tirando a un hoyo sin salida y no le importaba si era rescatado o no, de todas formas todo seguiría siendo igual, todo seguiría siendo doloroso.

–¿Hyung?...– susurro con cierta preocupación, ver el semblante de su Hyung no le agradaba, tan recaído y triste. No entendía que sucedía pero quería sostener a su amigo, ayudarlo en lo que pudiera.

–El amor es un asco– suspiró pidiendo un nuevo trago que le fue entregado en seguida y de igual forma fue tomado hasta dejar el vaso sin nada. –Amor de mierda...

–Yoongi-hyung, ¿pasa algo?– se acercó más al mayor, jamás lo había visto en ese estado, jamás lo había visto así de roto y dañado. Yoongi era alguien que siempre estaba neutral con ese semblante tranquilo sin ganas de mostrar sus emociones y expresiones, ahora estaba siendo todo lo contrario y no entendía.

Yoongi miró al pelirojo dejando caer su cabeza en el pecho del menor mientras su cabeza se movió de arriba a bajo dando una afirmación, tomando un respiro se encargo de contarle todo al menor, cada detalle era muy bien contado. Por primera vez sintió un peso menos sobre él, por primera vez sintió que era escuchado por alguien, que alguien lo estaba apoyando demasiado, que alguien lo estaba sosteniendo con fuerza para no dejarlo caer, y lo agradecía, se lo agradecía de corazón a su amigo, al pelirojo que ahora se encargaba de escucharlo.

Detras de mí odio / KookGi / BTS.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora