-¿Por qué me odias?- su voz era rota, al pálido no le gustaba ver así al pequeño maknae.
-No te odio- susurro sentándose a lado del pelinegro que no paraba de llorar, su corazón le dolía pero, ¿Por qué?.
-Claro que lo haces- sollozo y el pálido sint...
Perdón por no darme la vuelta, perdón por el lado egoísta de mí, perdóname si incluso ya es tarde.
Sorry - The Rose
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Yoongi se había encargado de ignorar al pelinegro en todo momento no importando cual fuera la situación, simplemente no lo quería ver ni hablar porque aun tenía presente aquél beso; no entendía porque el menor lo había besado a tal punto de que sus sentidos se distorsionaran, estaba odiando sentir como su corazón latía con fuerza cada que pensaba en el maknae y su beso accidentado.
Por esa misma razón es que había tomado la decisión de hacer muchos cambios, lo primero fue que lo mejor era alejarse del pelinegro así que justo en éste momento estaba empacando sus cosas para cambiar de habitación con el castaño, pensó que era lo mejor para él y para la pareja -ya que todos compartían habitación con sus respectivas parejas-, pensó que lo mejor era irse de aquélla habitación para dejarle el espacio libre al castaño y que pudiera estar a lado del maknae.
Estaba claro que le dolía pero, sin embargo, pensó que era lo mejor, si quería sanar sus heridas tenía que empezar por alejarse de todo aquello que lo lastimaba, y lo principal era alejarse del pelinegro para luego empezar a olvidar esos sentimientos por éste.
–¿Necesitas ayuda?– giró su cabeza para ver al rubio recargado en el marco de la puerta con sus brazos cruzados marcando sus músculos.
–Te lo agradecería– sonrío ligeramente mientras seguía doblando su ropa para empezar a colocarla en su nuevo armario.
El rubio se acercó con una sonrísa empezando a doblar la ropa de su Hyung, quería ayudarlo y darle a saber que contaba con él sin importar el que su pareja siempre tratará de tener la razón en todo, amaba a su pareja pero también le tenía un cariño muy grande y especial al pálido. Se preocupaba por su Hyung sin importar que esté fuera cerrado con sus emociones y pensamientos.
–¿Cómo estás?– fue demasíado sutil sin dejar de hacer su cometido viendo de reojo al pálido que estaba sereno con su rostro sin ninguna expresión.
–Bien– fue lo único que pudo salir de sus labios junto a una pequeña sonrísa. Estaba claro que el pálido no quería hablar de como se sentía -aunque todo fuera lo contrario ya que pedía ser escuchado a gritos, poder hablar sin miedo-, porque simplemente las palabras no salían, quería guardarse todo pensamiento y emoción.
–Seokjin-Hyung está arrepentido de lo que paso– soltó dejando de doblar las prendas para ver directo al pálido que no se inmutó siguiendo con una postura serena y tranquila. –Se que no soy nadie para hablar, entiendo que es un asunto que ustedes deben resolver pero, aún así soy el líder y debo ver por ustedes, tratar de que todo este bien...
–Namjoon...– deja de hablar. Suspiró profundo dejando su prenda doblada sobre el montón de ropa ya alineada. –Déjalo así, pronto llegará el momento de hablar, hoy no es el momento– lo miró a los ojos esperando que lo comprendiera un poco, no quería tocar el tema de la discusión de ese día, no quería recordar aquél día doloroso, donde toda luz fue apagada dejando solo oscuridad.
