Capítulo 45: Los guardianes (II)

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Esus sonreía con gran alegría

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Esus sonreía con gran alegría. Sabía que era lo que más amaba Ranavalona. La familia era lo primero para la SemiDiosa y eso le convertía en uno de los seres más queridos para ella. Esus le amaba con adoración, pero ignoraba lo que sentía ella. Ranavalona al principio le odiaba por lo que le hizo, por esa violación sin sentido.

Llegado a éste momento, Esus juro en su fuero interno que para redimirse no dejaría que los hermanos se separasen. Haría lo imposible para que siempre estuvieran comunicados, se quisieran (a su manera) y así poder ganar el perdón y a lo mejor por un milagro, el amor de su hermana.

Con éstos pensamientos rondando por su cabeza se puso en medio de su familia y comenzó a presentar a sus guardianes, esos que él tan delicadamente había escogido.

—Os presento a Sirona* — dijo con entusiasmo — es experta en sanaciones. Le llama la atención las aguas termales y aunque ella lo niegue también los volcanes. Le encanta hacer de niñera de los huevos de los dragones o de los Basilisco Sauro. Por ello tiene gran afinidad con dichos bichos.

Sirona apareció de la nada. Hizo una gran reverencia hacia la gran Diosa. Sonrió a los hermanos y se puso a un lado de Esus. Ranavalona la miró con desgana ya que veía que era verdaderamente hermosa, más que ella.

—También he decidido sumar a los guardianes a Ixchel — apareció de nuevo una mujer hermosa — es la diosa de la gestación, sanación y del amor. Su apariencia impone bastante y además le llama mucho los diamantes, pero para guardarlos y no gastarlo para consumo propio. Sería la ideal para salvaguardar el Cáliz de diamantes.

Ixchel abrió las manos y de ella apareció varios diamantes hermosos que cayeron en tierra. Nadie se levantó para cogerlo, aunque Aini le mostró bastante interés. Pero no se movió por respeto a su madre.

—A continuación el único guardián varón de mi lista. Uno que tiene apariencia de caballo pero en realidad es un auténtico humano: Quirón — éste apareció al lado de las otras dos diosas — su especialidad, a parte de la medicina, es la caza y el arte. Es inteligente y puede usar dicha inteligencia para buscar el escondite adecuado para los objetos como el colmillo de oro.

Kaliska observó a Quirón. Tenía cabeza y torso humano, mientras que el resto del cuerpo era de un caballo. Parecía muy inteligente, pero para su parecer él estaría mejor de guardián de kian no de Serk. Volvió a centrar la atención a su hermano cuando presentó la última guardiana.

—Por último está Panacea. Se puede pensar que es la guardiana menos poderosa, pero es experta en pociones y de hacer ilusiones. Ama la medicina y la naturaleza.

Esus se acercó a su madre y alzó la cabeza para verle mejor. No le interesaba la aprobación de sus hermanos. Bueno de Ranavalona sí, pero la preferencia de él era ser reconocido por su madre. Tenía una falta de afecto por parte de ella.

Al final hicieron la votación hubo cuatro votos a favor y uno en contra (Kaliska). Yutai dio por aprobada a los guardianes y les ofreció el Cáliz de diamantes y el colmillo de oro. Enseguida se fueron a esconder el objeto. Esus los miró con satisfacción y ansiaba volver con ellos para trabajar en los objetos. Tenía un plan en mente.

Saga Dones: Catarsis (Tercer libro)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora