Capítulo 1: Primo segundo

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Si Sirius Black podía escaparse de Azkaban, uno pensaría que podía haberle hecho un favor al mundo y escabullirse para aniquilar a la tía Bella antes de irse por ahí felizmente. Por la forma en que la tía Bella solía alardear sobre la cara de Potter cuando había asesinado a su padrino, le habría convenido a Black como algo a largo plazo. Pero no, cualquier suerte de Gryffindor que le permitió al Prisionero de Azkaban escapar del inexorable cuchitril que Draco recordaba a la perfección, no le dio a Black el honor o el juicio de eliminar a una de las varias bombas de tiempo con las que Draco se enfrentaría en algún futuro en la línea roja.

Su padre aún no le hablaba, como había hecho constantemente desde que Draco llegó a casa un mes atrás. Draco tuvo que pedirle a su madre que le pidiera a su padre que le pasara El Profeta de ese día. Vio la memorable foto de Black rugiendo en la portada, y leer el artículo no le dijo nada que no hubiera ya escrito en su tercer cuaderno: Black era un peligroso asesino y nadie sabía como es que había escapado. Que pena que Draco nunca lo supo tampoco.

"Madre", dijo Draco, "¿No es este tu primo?"

La ley del hielo no evitó que su padre le lanzara a Draco una mirada asesina, la cual Draco estuvo feliz de ignorar. Su madre contestó apresuradamente, "Sirius fue desheredado de la familia Black cuando tenía quince años, cariño. Pero si, alguna vez fue mi primo primero. Es el hijo de Orion Black y mi tía Walburga, hermana de tu abuelo Cygnus quien recientemente falleció"

"Entonces es mi primo segundo", dijo Draco frunciendo el ceño, "En otras palabras, sería como mi tío". Para su satisfacción, esa línea de pensamiento parecía estar poniendo a prueba a su padre, o más bien a la pretensión de que su decepcionante hijo no existía, con límites absolutos. "Así que con mi Abuelo Cygnus recientemente difunto y ya que la casa Black solo tiene herederos hombres, ¿eso convertiría a mi tío Sirius en el jefe actual de la casa Black?"

"Fue desheredado, Draco", su madre le recordó gentilmente, aunque ella no parecía estar disfrutando que se tratara ese tema indiscreto durante el desayuno tampoco. "Una sentencia de por vida en Azkaban lo deja sin fortuna aún más. eres el último heredero hombre vivo de la casa Black, no un prisionero fugitivo" Se estiró y tocó la mano de Draco. Sus hermosos ojos parecían rogarle que tuviera cautela, no por el bien de ellos, sino para evitar que su padre se enfureciera.

Por fortuna o no, esa sesión de preguntas fue interrumpida por la llegada de una lechuza, con una carta que Draco abrió emocionado una vez que reconoció la escritura en el sobre. Su sonrisa se hizo más grande cuando leyó las primeras palabras, Querido Frankenstein, y continuó agrandándose hasta que finalmente terminó de leer, la puso sobre la mesa y se giró hacia su madre. "Madre, Hermione nos ha conseguido boletos para ir a ver el evento que yo deseaba. Dice que sus padres me dejarán quedarme con ellos dos semanas en agosto si no hay problema"

"¿Dos semanas, Draco?" dijo ella con una mueca, y la siguiente mordida al muffin inglés de los huevos holandeses que comía su padre se escuchó con mucha más fuerza.

"Bueno", dijo Draco, con un falso infantil optimismo que sabía que enojaría a su padre, "Ella se quedó en la mansión por una semana el año pasado, y yo me quedé en Hampstead una semana, así que son dos. Y ya que no fue una opción que Hermione me visitara este año, ¡es solo justo que yo pase dos semanas con ella!"

"Justo", repitió su madre, luciendo cada vez más fatigada. Empeoró aún más cuando Draco intentó romper la tensión del momento al sostener el rostro de Sirius Black gruñendo e imitó la expresión estrafalaria de alarido. Draco consideró que su impresión fue bastante buena, pero nadie se rio. Ahora que lo pensaba, ninguna de sus bromas había recibido risas desde las amenazas que le había hecho a los muggles de Potter en la Plataforma 9 y 3/4.

Draco Malfoy y la Casa Black (#3)Where stories live. Discover now