Lulita la flaca

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Lulita “la flaca”, era tan flaca, que si se paraba detrás de un poste de luz no la podías ver. Era como si vieras un palo de escoba andar por los pasillos. Cualquiera creería que pasaba hambre pero lejos de la verdad, ella era la que más comida devoraba a diario en su casa.

Su madre tenía que hacerle toda la ropa, porque en las tiendas no había talla para ella. Sin embargo, nadie se atrevía a reírse de Lulita, pues podían salir mal parados, ya que ella usaba las mismas burlas a su favor y terminaban todos burlándose de aquellos que la molestaban.

Lulita era experta en “chucho”, había aprendido a reírse de sí misma y  así aprendió a verle los defectos a los demás. No importa lo bella que fueras, ella te encontraba algún defecto y de esa manera comenzaba una guerra de “cuero”, la cual era muy difícil de ganar.

Un día algo interesante pasó, mientras caminaba a su casa vio unos niños malvados robarle a un pequeño su bicicleta. Como era tan flaca se escondió rápidamente detrás de un poste de corriente y ninguno de los abusadores pudo verla.  Y luego de que se fueran, ella salió y ayudó al niño, llevándolo hasta su casa y contando lo sucedido.

Los niños malvados fueron castigados, le devolvieron la bici al pequeño arreglada y pintada.

Y Lulita  fue famosa en la escuela entre sus compañeros, cantándoles todos una cancioncita para realzarla.

Lulita la flaca
Que goza y relata
Lo bien que baila
Cuando suena la lata

Cuentos de mamáWhere stories live. Discover now