—Siempre me ayudas. Tan solo con tu compañía me ayudas.
—¿Está nervioso ahora?
—Solo un poco. - mintió. Sentía que se le iba a salir el corazón por la boca. Sabía controlar el estrés, aunque no se fuera.
El azabache puso una de sus manos en la nuca del contrario para relajarlo.
—Tranquilo, estoy aquí.
—Yo debería ser el que te dijera eso. - dijo en un suspiro.
—No, cuidamos el uno del otro. No soy tu responsabilidad, igual que tú me cuidas, yo puedo hacer lo mismo.
—¿Sabes que eres un ángel?
El chico negó. - No soy ningún ángel. Tú me has salvado, tú eres el ángel aquí.
—Te quiero.
—Yo también te quiero.
El resto del trayecto lo pasaron en silencio. Cuando se habían reencontrado querían contarse hasta el último detalle del tiempo que habían pasado separados, pero, ahora no tenían la intención de hablar. El silencio ese era reconfortante, para nada incómodo. En ese silencio se decían todo lo que había que decir.
Cuando llegaron al apartamento de menor, Taehyung aparcó el coche en el aparcamiento que le había dicho el menor.
—Con que un apartamento en Itaewon, ¿eh?
—Es uno de los barrios con más vida nocturna de la ciudad, ¿qué esperabas? - contestó sonriendo.
Tuvieron que subir por el ascensor hasta la última planta de aquel enorme edificio para llegar al piso de Jungkook.
Algo nervioso por el tiempo transcurrido, el dueño del apartamento abrió la puerta, sorprendiéndose al ver el interior.
Taehyung se quedó también boquiabierto. No sabía ni lo que decir. Dio unos pasos al frente y entró en la vivienda.
Estaba llena de todo. Botellas de bebidas alcohólicas llenas y vacías, cajetillas de cigarros y cigarros por el suelo, vidrios rotos por todas partes, incluso ropa interior tirada por ahí, y no solo de una persona. El suelo estaba pegajoso, y olía a fiesta. Alcohol, drogas, sudor, incluso un poco a vomito. A Taehyung le entraron ganas de vomitar por el hedor que desprendía el apartamento, pero se contuvo por Jungkook.
—Jungkook, ¿qué ha pasado aquí?
—Seguramente tuve alguna fiesta antes de irme. - dijo en un susurro casi inaudible.
—¿Qué tal si llamamos a la limpiadora para que venga?
—La verdad es que esto está hecho una auténtica pocilga, y... No quiero que la primera impresión de la limpiadora después de haberme ido tanto tiempo sea que soy un guarro.
—¿Qué propones entonces?
—Esto lo he causado yo, así que lo limpiaré yo mismo.
—Jungkook, es mucho.
—L-Lo sé, pero, aunque tarde algunos días quiero hacerlo yo.
—En ese caso, cuatro manos son más que dos. Te ayudaré. - suspiró.
—No es necesario.
—Lo sé, quiero hacerlo.
—Muchas gracias, eres el mejor. - dijo acercándose para dejar un dulce beso en sus labios.
Taehyung se tambaleó por el repentino acto, sonrojándose cuando Jungkook lo miró.
—Amo cuando te pones tímido.
—Eres un idiota. - contestó con una sonrisa acorde a su estado de ánimo, dándole un suave golpe en el pecho a su menor.
—Así me quieres.
Tras un pequeño silencio, el mayor volvió a su estado habitual.
—Bueno, entonces, ¿nos ponemos ya? Es que, si quieres que esté todo limpio en menos de una semana, hay que empezar ya.
—Pues empecemos.
—Primero abre las ventanas anda, porque si no, este tufo no se va a ir ni en cien años.
—A la orden mi capitán. - dijo con gracia y ambos rieron.
—Hay mucho, mucho que hacer aquí. - susurró Taehyung suspirando.
No lo sabía con seguridad, pero intuía que Jungkook allí tendría un arsenal de drogas, cigarrillos, cualquier tipo de alcohol, y vete tú a saber qué.
—Kookie, ¿dónde guardas la droga? Hay que tirarla toda.
De repente, el mencionado se tensó, mirando a un lado y a otro sin sentido alguno.
—Kookie, mírame. - pidió Taehyung agarrándole la cara. - Tranquilo. No pasa nada. Tan solo dímelo y todo quedará limpio de eso.
—Quiero salir de aquí. - dijo intentando calmar su respiración.
—De acuerdo. Vamos a algún sitio a comer. Luego veremos qué hacemos, ¿te parece?
Jungkook asintió, saliendo rápidamente de su apartamento, con Taehyung pisándole los talones.
No hablaron más hasta que salieron del edificio, donde el aire comenzaba a asfixiar al azabache.
—Lo siento, no debí preguntar eso. Perdón, lo hago todo mal. - fue lo primero que articuló el mayor.
El otro no contestó hasta respirar hondo. - Ya te he dicho que no pasa nada. Todo es mental según me ha dicho el psicólogo del centro en el que he estado, así que está bien. Llamaré a John y le diré que mande a alguien para dejar el apartamento como nuevo, ¿ok?
—Pero Kookie... - comenzó a decir el otro con un tierno puchero, siendo cortado por el menor.
—Taehyung, no se hable más. No es bueno que esté ahí con toda la basura que hay. Mejor me quedaré en casa de Yoongi hyung o de Jin hyung mientras tanto.
—¿No quieres quedarte en mi casa? - continuó con su puchero.
—¿Qué? Sí, claro que sí. No sabía si sería incómodo para ti o algo por eso lo he dicho.
—No es incómodo bobo. - sonrió tímidamente.
—Entonces... ¿puedo dormir en tu casa mientras arreglan la mía?
—Claro. Quédate hasta que lo necesites.
—Gracias.
—No creas que te quedarás así de gratis.
—¿Qué insinúas?
—Que voy a comer gratis durante una semana.
—Dijo el famoso cantante millonario. - rio, siendo acompañado por Taehyung.
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Strings | kooktae |
FanfictionDonde Jungkook, el mejor rockero de todos los tiempos, ama sentirse endiosado por los demás, pero lo que más ama es que cierto chico de lunar en la nariz le diga lo mucho que lo ama y lo increíble que es. » Temática de drogadicción. » Revisada. » N...
