𝐼𝓉'𝓈 𝓉𝒽𝑒 𝓉𝓌𝑜 𝑜𝒻 𝓊𝓈, 𝓎𝑜𝓊 𝒹𝑜𝓃'𝓉 𝒸𝑜𝓊𝓃𝓉

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𝕮𝖆𝖕í𝖙𝖚𝖑𝖔 𝖙𝖗𝖊𝖎𝖓𝖙𝖆 𝖞 𝖈𝖎𝖓𝖈𝖔

Cerro los ojos pensando por unos segundos, aun procesando lo que ocurrió el día anterior, buscando errores en su conducta o en algunos movimientos que ejecutó, sucedía lo mismo cada vez que hacía algo que desataba su espíritu, dejándola libre en u...

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Cerro los ojos pensando por unos segundos, aun procesando lo que ocurrió el día anterior, buscando errores en su conducta o en algunos movimientos que ejecutó, sucedía lo mismo cada vez que hacía algo que desataba su espíritu, dejándola libre en un espacio donde podía pintar sus respuestas y emociones.

El día de ayer era un lienzo en blanco que fue pintado con cada gota de sangre, con muecas de dolor, gestos inexplicables para dar paso a la muerte, una sinfonía que esperaba que se quedase guardada dentro del cuadro.

Le gustaba el arte, lo había estudiado un día en el que prefirió olvidar los problemas de su casa para reemplazarlo con conocimientos que le gustaban o encontraba interesantes. La muerte de Christopher se podía relacionar fácilmente con el arte renacentista, uno macabro por supuesto, donde ángeles adornaban de forma armoniosa el cuadro, lo suyo, por otro lado, no era magnifico, no era decente ni limpio. había imperfección, cosas sucediendo a la vez, con un toque de drama poco perceptible, Scarlett creo sin quererlo una pintura que se centraba en ella, en lo que quería lograr con sus pasos, en su rabia y pasión.

El romanticismo siempre le gusto, y mientras reflexionaba encontró curiosa la comparación, le fue más fácil procesar sus acciones, con el pensamiento rígido de que no debió de haberlo hecho por más daño que le causaron.

Se acomodo en el sillón en el que se había acostado, con la chimenea de Alfie prendida, dándole calor a la oficina. Observo sus anillos como si fuesen lo más interesante de la habitación, dando paso al segundo tema, el por qué se encontraba encerrada en aquel lugar cuando podría deleitarse con el actuar de un Thomas Shelby demandante y acciones que denotaban liderazgo innato.

¿Por qué se perdía aquel espectáculo? Probablemente por sus nervios ante su relación, el haberse relacionado tanto los últimos días le dejo algo insegura, ella lo quería, lo tenía claro, pero desconfiaba de qué es lo que sentía él, y no quería arriesgarse a quererlo más, a salir herida con el historial de mujeriego que tenía, especialmente con Lizzie en su oficina, porque queriendo o no su presencia le daba inseguridad. Se dio cuenta, además, que el ambiente que juntos creaban la dejaba en las nubes, se sentía segura y jodidamente tranquila, con una sonrisa que perduraba con solo revivir el momento.

Ayer se dio cuenta que necesitaba meditar sin tener su mirada curiosa sobre ella, guardando sus gestos cuando algo no cuadraba o se frustraba, le desconcentraba y a la vez generaba un sonrojo en ella.

Suspiro sentándose unos segundos, bebiendo del té que le llevaron en la mañana, con una suave esencia de menta, el olor se extendió por la oficina y le ayudo a relajarse, volvió a recostarse, con un corcho de una botella en la mano, comenzando a lanzarlo para atraparlo en el aire con desinterés. Preguntándose qué hubiese pasado si no se dejaba llevar por el huracán de emociones que controlaba dentro de sí.

𝔓𝔩𝔢𝔞𝔰𝔞𝔫𝔱 ℌ𝔢𝔩𝔩 [Thomas Shelby]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora