Capítulo| 40

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—¡Al fin, somos libres! —gritan algunos de mis compañeros al salir del auditorio donde se llevó a cabo el acto de graduación.

En la noche cuando me acoste, no pude dormir debidamente, estuve dando vueltas en la cama hasta entrada la madrugada cuando me di cuenta que si no dormía iba a parecer una zombi durante el día, así que al final dormi un poco y luego cuando desperté, me arregle y baje a comer algo, gran sorpresa que me lleve al ver a mis padres listos y esperándome para partir juntos.

Me emocione como hacia tiempo no lo hacía al ver que mis padres continuaban apoyándome en estos momentos, a pesar de los problemas y diferencias que tengamos ellos son mi familia. 

El acto dio inicio a las 7 de la mañana y estuvo finalizando a eso de las 11. Fueron las 4 horas más largas de mi vida. Cada vez que nombraban a mis compañeros sentía una inquietud y adrenalina increíble, aún no podía creer que ese era mi cierre de la preparatoria.

Me saque todas las fotos con mis amigas y amigos que pude, recordar estos momentos a lo largo de la vida será algo magnífico.

Todo esto de las vacaciones que comienzan emocionan a muchos, ya que a partir de ahora será un nuevo comienzo. Uno que por supuesto estoy dispuesta a enfrentar.

—¡Charlie! ¡Vamos! ¡Sube! —el grito de mi amiga Mack me saca de mis pensamientos. Y es cuando me doy cuenta que mis padres junto a los padres de mis amigas, y ellas, me esperan en una limusina que nos llevará directo a un restaurante para almorzar y celebrar junto a ellos.

—¡Ya voy! —empiezo a caminar los más rápido que mis tacones de aguja me permiten.

Estoy a punto de cruzar cuando siento que me agarran de la muñeca, volteo mi rostro sorprendida y lo veo.

—Hola —saluda Jacob a centímetros de mi.

—Hola, Jake —le doy un pequeño beso en los labios y me alejo un poco—. Felicidades, no te había visto.

—Yo tampoco. Te estuve buscando para darte mis felicitaciones pero no te encontré hasta ahora —se rasca la nuca mirando algo a mis espaldas y luego sonríe—. Por lo visto te esperan, no te entretengo más. Vine con mi hermano y creo que...

—¿Y por qué no vienen con nosotros? —lo interrumpo sin siquiera pensarlo—. Digo, si quieren.

—¿Segura? La verdad no queremos molestar y ustedes van con sus familias.

—¿Te recuerdo que eres mi novio? —enarco una ceja y el sonríe en mi dirección antes de colocarse serio de repente.

—¿Ahora sí es tu novio, hija? —oigo a mis espaldas y me volteo rápidamente.

—Papá... —miro a Jake otra vez y luego a mi padre—. Mmm... sí. Ahora si lo somos —entrelazo las manos de Jacob con las mías y sonrío—. Y me gustaría que él y su hermano nos acompañaran, papi.

—Está bien princesa, lo que quieras —sonrío y miro una vez más a mi novio.

—Ve a buscar a tu hermano. Te esperamos —me sonríe y se acerca para darme un beso pero la mano de mi padre se interpone en el camino.

—Eh, eh. Con calma —ruedo los ojos burlona—. Mi hija te ha dicho que busques a tu hermano. No que le compartas saliva.

—¡Papá! —le riño y Jake sonríe antes de asentir y partir en busca de los chicos. Cuando lo pierdo de vista me giro hacia mi padre con el ceño fruncido —. ¿Eso era necesario?

—Mucho. Ahora vamos —ruedos los ojos nuevamente y lo sigo en dirección al vehículo.

—¿Qué sucede cariño? —pregunta mamá con cara burlona.

—Sucede tesoro, que nuestra pequeña Charlotte ya tiene novio —bufo y antes de responder oígo un grito que me hace cerrar los ojos y maldecir internamente.

—¡¿Que tienes qué?! —el enojo e indignación en la voz de Mack es más palpable.

—Genial. Gracias papá —suspiro antes de girarme en dirección a mi furiosa amiga—. Te puedo explicar porque no te lo he dicho antes.

—¡Oh, pero claro que lo vas hacer! —se cruza de brazos y empieza a hablar con sus padres en una clara señal de que en estos momentos no me va a oír.

—Tranquila. Ya se le pasará —Alice dice a mi lado

—Pero Mackensy es... Mackensy.

—Por eso lo digo —sonrie y copio su gesto.

Cinco minutos después ya nos encontramos camino al restaurante. Al llegar me sorprendo al ver que tiene un aire jovial y elegante al mismo tiempo. Conociendo a mis padres esperaba algo más sofisticado, cómo esos sitios en donde quedas siempre con hambre.

Mi cara debe ser tal que mis padres se me acercan con un poco de preocupación tiñendo sus facciones.

—¿Qué sucede, princesa? ¿No te gusta? —pregunta papá.

—Le pedimos ayuda a tus amigas para buscar un sitio que vaya más con tú estilo, hija —acota mamá—. Pero si no te gusta está bien, buscamos otros sit...

—Oh, no, no, no —la interrumpo rápidamente—. Me encanta, de verdad.

Mis padres me sonrien aliviados antes de dirigirse a los padres de mis amigas y el hermano de Jacob junto a su mujer. Dejándonos así solo a mis amigos y a mí afuera.

—Bueno chicas —nos habla Mack llamando la atención de todos—. No había tenido la oportunidad de presentarles a mi novio —señala al chico que hasta ahora no había visto a sus espaldas—. Cariño, ven. Ellos son mis amigos. Chicos él es Louis.

—Espero estés cuidando muy, pero muy bien de nuestra Mackensy, ¿Okay? —El chico ríe ante las palabras de mi amiga Alice pero al ver la cara de seriedad de ésta se apresura a decir:

—Hago todo lo que puedo para que mi niña sea feliz —satisfecha por la respuesta Alice y yo sonreímos y nos disponemos a presentarlo con los demás para así, integrarlo en el grupo.

Una vez entramos, nos sentamos alrededor de la gran mesa que ya es ocupada por nuestros padres. A mi lado derecho está papá y luego mamá, siguiendole a estos los padres de Alice, junto a ella y su novio; a mi izquierda, se encuentra Jake con su hermano y al lado de éste Mackenzy junto a sus padres.

Nos sirven el primer plato y tiene una pinta exquisita, seguido nos llenan las copas de vino para brindar y mi papá se levanta.

—Bueno, hoy yo quisiera hacer un pequeño brindis por nuestros futuros universitarios —todos reimos y el continua—. El tiempo ha pasado más rápido de lo que debería. Hace unos años recuerdo muy bien cuando mi pequeña princesa jugaba con Barbies y ahora ya tiene novio —arquea una ceja en dirección a Jake. Lo miro y agarro su mano por debajo de la mesa—. Aunque la verdad muchacho, ahora formas parte de esta familia, aunque no te vas a salvar de otra charla ¿eh? —lo apunta con el dedo índice.

—Cuando usted quiera, señor —sonrío en dirección a Jake negando divertida y él me da un pequeño beso en la frente. ¿En qué momento tendrían esa dichosa charla?

—Así me gusta —continua papá—. Bueno, como decía. Ya las que eran nuestras pequeñas son todas unas mujeres hermosas, con futuros prometedores. Éste es un cierre pero también un comienzo de algo nuevo. Y está demás decir que estoy sumamente orgulloso de ti pequeña, tanto tu mamá como yo nos sentimos felices de ver lo que has logrado hasta ahora —le lanzo un beso a papá y a mamá con los ojos aguados, mientras que Jake me da pequeñas caricias en círculo en la palma de mi mano—. Te amamos princesa.

—Yo también los amo —me levanto y los abrazo, así como lo hacen mis amigas y sus familias.

—Quisiera que brindemos hoy por el magnífico futuro que nos espera —dice Jake y todos alzamos las copas en dirección al centro.

—¡Salud! —decimos y bebemos antes de sentarnos e iniciar el banquete.

Disfrutamos de la comida al máximo, entre risas, besos, cuentos y mucha buena vibra.

Tal vez luego puedan pasar cosas que nos haga dudar, tal vez cometamos errores, tal vez más adelante no estaremos todos juntos pero, por ahora, todo está bien así.

Simplemente túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora