Song Shots- Hypnosis Mic

Alone - Saburo Yamada

This is a story bout a broken boy
With his headphones in just to block out the noise
Of everyone around him telling him the way to go
So he walks the world alone
Wondering if it gets better
Or if he’s always gonna feel empty forever
So he gets lost tryna find another way back home
As he walks the world alone

         

Lo conocí cuando tenía 8 años. Siempre peleaba con su hermano mayor porque no quería entrar a  la escuela.

"Dame una buena razón para entrar".
Siempre eran las palabras que repetía día con día.

Se excusaba con que los niños eran malos y muy poco inteligentes. Según él, ya sabía todo lo que los profesores enseñaban.

Eso no era una mentira, pues varias veces lo observaba durante las clases.

—Yamada-San.— lo llamó el profesor al ver que sólo estaba viendo a la ventana y no ponía atención. Él se giró a verlo y centró su atención en el pizarrón. —Entonces, si sólo se han de elegir 4 congresos del resto de opciones, ¿cuál es la probabilidad? Si no me contestas, tendré que...

—14.91%— eso era verdad.

9 combinacion de 4, por 34 combinación de 8, entre 43 combinación de 12, es igual a 0.1491. Su resultado era correcto, y bastó con que viera lo que había en el pizarrón.

—Si, correcto. Pero por favor, deja de distraerte en viendo a la nada.

Claro que Saburo no haría caso. Prefería simplemente estudiar por su cuenta y sólo estar presente, pues, si se quedaba en su casa, su hermano lo mandaría a la escuela.

Conforme iba creciendo, llegaba tarde a la escuela o a la hora justa, pero se saltaba las primeras clases. Iba a comprar una caja de leche y vagar por la escuela. Muchas veces también lo seguí.

No es que tuviera problemas en casa, lo sabía. Sus hermanos eran un amor de personas; los conocía desde lejos. El mayor cumplía un buen papel de padre a su corta edad, y el otro, era una persona muy amable a la que le encantaba el fútbol. Ambos cuidaban mucho de Saburo y trataban de darle lo mejor, pero él, simplemente no cedía ante nada.

Cumplidos los 15 años, y ya entrando a una edad difícil, el hermano menor comenzaba a meterse en problemas. Buscaba encajar a como diera lugar, comenzando a relacionarse con amigos falsos y que solo lo estaban llevando por un mal camino. Me enteré de eso, una vez que lo encontré con esos chicos tomando detrás de un edificio. No eran de la escuela, eso era claro, así que con todo el valor del mundo los corrí de ahí, reteniendo sólo a Saburo.

—¿Quieres decirme que crees que estás haciendo?

—¡Eso no te importa! ¡No te metas!

—Saburo, ¡estás bebiendo en la escuela! ¡Eso te traerá problemas! ¡Tus hermanos van a estar muy decepcionados!

—¿Y tú que sabes? ¡Ni siquiera te conozco!— dijo antes de irse corriendo.

Era verdad, no nos conocíamos, por lo menos no de manera adecuada, pero, sentía que debía ayudarlo, para que no terminara mal.