-Recuerda nada de apod..-

-¡Ahhh!.-

Armin y yo nos observamos confundidos, ya que ninguno de los dos había hecho ese sonido.

Venia de dentro de la habitación.

Armin abrió la boca para poder mencionar algo pero de nuevo un sonido similar nos hizo guardar silencio.

-¿Qué fue...?- dejó Armin en el aire aquella pregunta inconclusa antes de poder continuar ya que nuevamente un sonido similar se escuchó resonar.

Ahora venía acompañado de algunas voces aunque no estábamos seguros de que se trataba.

Decir que estábamos confundidos era decir poco, no sabíamos cómo reaccionar por lo que nos mantuvimos en silencio un momento y antes de que alguno de los dos juntara valor suficiente otro nuevo sonido se dejó escuchar.

-¡Ahhhh... Hange!.- escuchamos mencionar al capitán dentro de su habitación.

Nuestra sorpresa aumentó al escuchar el nombre de la líder de escuadrón salir entre aquel ¿grito? del capitán, nos quedamos estáticos observando con intensidad la puerta de madera esperando alguna señal que nos indicara que podíamos continuar con el plan inicial.

Armin con el rostro excesivamente enrojecido y debo admitir que incluso yo me encontraba un poco ruborizada por aquellos sonidos indecentes que procedían de la habitación.

Levante mi mano derecha en un puño, dispuesta a tocar la puerta para pedir acceso pero Armin me detuvo antes de que pudiera hacerlo.

-Es...espera, ¿no crees que podría ser un mal momento para entregarle eso?.- dijo con nerviosismo en un susurro.

Estaba segura que ambos estábamos pensando lo mismo, acerca del tipo de actividades que se estaban llevando a cabo dentro de aquel lugar, pero aquello no me detendría, después de todo había recibido una orden directa del comandante de entregar esto a la brevedad de forma personal, y no pensaba fallarle.

Además de que no desperdiciaría la oportunidad para poder burlarme de aquel enano y su falta de discreción en cuanto a este tipo de acciones.

-No, no puede esperar, el comandante Erwin me pidió que lo entregara de inmediato.- dije dándole más seriedad de la que el mismo comandante había puesto en la petición.

Armin dudó por un instante balanceando su peso de un pie a otro indeciso de si aquella era o no la decisión correcta pero al final terminó asintiendo.

-Bien, yo lo haré y tú hablaras... terminemos con esto.- dijo y enseguida levantó su mano y con sus nudillos tocó con entusiasmo la madera, haciendo que el sonido resonara en el mismo pasillo donde estábamos.

Los sonidos extraños y las voces dentro cesaron de inmediato.

Esperamos en aquel incómodo silencio a que nos indicaran si podíamos entrar.

Armin decidió tomar la iniciativa de nueva cuenta.

-La...lamento molestarlo capitán, pero el comandante Erwin nos pidió que le entregáramos algo con urgenc...-

-¡Ahhhh, Hange detente se que lo estás haciendo a propósito!.- gritó el capitán desde dentro de la habitación, se escuchaba algo molesto a decir verdad.

Una risa débil pudo escucharse también, sin duda alguna aquella pertenecía a la única mujer que soportaba a ese maniático demente.

Estábamos muy confundidos por lo que pasaría a continuación y lo cierto es que esperábamos que nos enviaran de regreso con el comandante con cualquier tipo de excusa pero lo que sucedió después fue aún más sorprendente.

-Levihan- OneShots en EdiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora