Over

262 27 0
                                    

—Así que, estas vivo —expreso Caren sin ánimo alguno, cuando vio al hombre de hábito negro acuclillado frente a las hortensias de la iglesia, quien se encontraba regándolas.

—No diría exactamente vivo, pero si te refieres a que mi cuerpo sigue en este plano terrenal, si, así es —respondió sin emoción alguna el hombre, su vista siguió atento a las flores.

Caren Hortensia frunció el entrecejo, sus brazos se encontraban cruzados por encima de su pecho —Y tú ¿Puedes dejar de verle el culo a mi padre? —declaro con molestia al antiguo soberano de Uruk, quien simplemente le sonrió con altivez. Caren dejó caer sus brazos a los costados, su flequillo gris ocultaba parte de su mirada, la cual se había oscurecido, —¡Pero no te dije que se lo tocaras!

En ese momento, apareció Lancer a un lado de ella, quien al parecer había sido traído a ese lugar sin saber que estaba pasando. Su camisa hawaiana de colores chillones fue un contraste ante el panorama en general.

—Ja, Ja, y como te decía por eso debe... —se quedó a mitad de la oración al verse en medio de la fúnebre iglesia de Fuyuki— Pero... ¿Qué demonios? ¡¿Qué hago aquí?!

El ruido del impacto, alerto a Lancer, quien había invocado su lanza, mientras se colocaba en posición de ataque, su mirada se giró a ver a la joven Caren Hortensia para luego dirigirla hacia la dirección donde ella estaba mirando.

En ese momento un escalofrió escalo por la columna vertebral de Cú Chulainn cuando vio al hombre frente a él.

—Kotomine Kirei —parafraseo tras tragar duro— ¡Joder! ¡¿Qué no te habías muerto?!

—Al parecer las cucarachas son difíciles de erradicar —respondió Gilgamesh con una generosa sonrisa, mientras miraba a Caren con diversión. Sus brazos serpentearon por encima de los hombros del sacerdote en un fuerte agarre como si estuviera tomando algo suyo. La sonora risa de Gilgamesh estallo en una enorme carcajada ante la expresión de los dos. Caren volvió a contraatacar con su manto de Magdalena.—¿Crees que tu chuchería podría contra un dios, mocosa?

Caren frunció el entrecejo. Puesto que ya no era esa atípica reencarnación de carne y hueso.

—Lancer —llamo la joven exorcista, Cú se apuntó así mismo, dejando caer uno de sus pies hacia atrás, buscando la forma de escapar de la situación, él sabía a la perfección que Gilgamesh + Kotomine era una mala ecuación, y agregando a Caren podría ser aún peor, la chica era una mini versión del horrible sacerdote, recordando que simplemente podía desmaterializarse, se vio fallando terriblemente al ser tomado por el manto de Caren antes de poder hacerlo.

—¿Caren? —pregunto a la chica, pero esta no parecía prestarle atención, su mirada seguía fija en Gilgamesh, en una aguerrida pelea de miradas, entonces sin previo aviso, Cú se vio lanzado en el aire, siendo arrojado hacia el rey de los héroes.

Gilgamesh esquivo el ataque con facilidad al desmaterializarse, Kirei quien seguía atento a su tarea, solo tuvo que inclinar su cabeza a la derecha dejando que el cuerpo de Cú se estampara contra la pared.

—¿Eso es lo mejor que tienes? —se burló Gilgamesh.

Caren iba a protestar, sin embargo su atención regreso otra vez al sacerdote quien se había puesto de pie. Su mirada se agudizo al verlo girarse hacia su dirección y empezar a caminar.

—Parece que la gracia del señor ha otorgado a nosotros los mortales un agradable día ¿No crees? —pregunto el antiguo sacerdote a la joven exorcista.

La chica lo examino con cuidado, sus brazos se habían vuelto a cruzar sobre su pecho.

—Tu moriste, aun así, sigues aquí, ¿Por qué?

OverOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz