CAPITULO 35

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Mientras conducía no se percató de las lágrimas que caían  por su rostro. Salían tan naturalmente por todas las emociones que sentía.

Tristeza, enojo, decepción, frustración, todas eran cómplices en ese momento.

Tenía que calmarse, pero no podía, parecía que todo se estaba deshaciendo rápidamente como arena entre sus dedos.

Primero Jaemin y luego Mark.

Después de todo ¿Qué pensaba? Mark no podría entenderlo, al menos no en un tema así.

Por el momento de lo único de lo que estaba seguro era de que no importaba qué, no iba a dañar a Jeno, no iba a destrozarle la vida.

Condujo hasta la única persona que podría entenderlo, subió por el elevador sintiéndose más impaciente que nunca, al llegar abrió la puerta sin importarle nada.

Jeno lo miró confundido desde detrás del escritorio, después sus ojos se llenaron de preocupación al ver el estado en el que iba.

- ¿Pero que te pasó?

Había sido un maldito día largo, uno de los peores que había tenido en su vida.

Pero Jeno no tenía la culpa de nada y sabía que él podría entender, él le daba ese consuelo que tanto necesitaba.

Se acercó a él cuando Jeno abrió sus brazos invitándolo a ir a él y entonces se permitió llorar en gran manera mientras Jeno acariciaba su espalda.

Era un magnífico hombre y ni siquiera podía odiar a Jaemin por amarlo.

- ¿Estás más tranquilo? - preguntó después de unos minutos.

- Sí, gracias - se apartó.

Jeno lo miró con dulzura y besó su nariz para después secar sus lágrimas con sus dedos.

- Te ves adorable - sonrió - ¿Quieres contarme que pasó?

Bueno... No pensó en eso.

Lo abrazó de nuevo para que no se diera cuenta que mentía.

- Mi madre llamó.

- Oh oh, eso explica cerca del noventa porciento.

Sí, tener a esas personas como padres tenía sus ventajas.

- Ya sabes, me dijo lo de siempre,  como que si no sirvo para nada al menos debería tener un bebé y ya sabes.

Se apartó, Jeno lo miró compresivo, para después sonreír.

- ¿Porque tanto empeño en que tengamos un bebé? ¿Ellos van a cuidarlo? ¿Ellos se van a desvelar? No ¿Verdad? ¿Entonces por qué nos molestan?

Rió, Jeno tenía razón, y era extraño como se sentía mejor, lo sabía, no era nada romántico lamentablemente, simplemente que Jeno se había convertido en un gran amigo y vivir la misma situación también ayudaba.

- Ya sé - rodó los ojos - Perdón ¿No estabas ocupado?

Jeno miró su reloj y negó.

- Estaba terminando los pendientes, ¿Quieres esperarme unos minutos? Podemos ir a cenar después.

- Sí, suena bien.

Se sentó en uno de los pequeños sofas que tenía en su oficina y lo observó. Jeno estaba completamente concentrado en su trabajo.

Lo pensó una y otra vez, pero por más que lo pensaba más imposible era, no iba a lastimarlo, tampoco iba a quitarle su felicidad.

Ya había sufrido mucho y no quería que lo hiciera más, lo quería, realmente lo quería mucho como para hacer algo tan horrible.

Love of the Million - MarkhyuckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora