CAPITULO 29

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Sabía que había sido una pregunta muy fuera de lugar, pero muy en el fondo tenía la esperanza de que Mark aceptara.

Pero no lo hizo.

- Será mejor que le cuentes a Shotaro la verdad.

No debería, pero si se sentía decepcionado.

- Pero... Ya no tendrías que trabajar tantas horas y podríamos estar juntos mucho tiempo.

Mark lo miró, no parecía enfadado, si no más bien triste.

- Sí, y también tendría que verte a ti y a Jeno, tendría que mentirle a tu esposo en su cara, fingir que estoy bien mientras él te toca y te besa, no soy tan fuerte Haechan.

Tenía razón, en todo, fue estúpido desde el principio.

- Perdón, yo... Lo siento, siempre parece que nunca pienso en ti.

Le sonrió y se sintió un poco mejor, Mark tomó su rostro en sus manos y dejó un suave beso en sus labios.

- Se que lo haces a tu manera, pero... Incluso poder tocarte o estar así contigo ya es suficiente para mí.

Sonrió bobamente, siempre ese tipo de comentarios que Mark solía decirle lo hacían sentir muy feliz.

- Bien, sí, dejemos las cosas como están por ahora.

- Y confía en tu amigo, se nota de lejos que lo último que quisiera es dañarte.

Asintió, seguiría el consejo antes de que la mentira le explorará en la cara.

Se despidieron y tuvo que conducir, está vez mientras marcaba el número de Shotaro y Yangyang.







Jeno miraba atentamente por la ventana del avión mientras despegaba, siempre que tomaba un vuelo se sentía más relajado al observar la vista.

Jaemin a su lado leía un libro o al menos eso aparentaba por qué sus ojos parecían estarse cerrando por el sueño.

- Puedes dormir si quieres, te avisaré cuando lleguemos.

Jaemin asintió apenas un poco.

En ese momento lamentó viajar en primera clase, de ir en los otros asientos tal vez podría tener a Jaemin recargado en su hombro.

Suspiró, iba a ser el fin de semana más duro de su vida.

El tiempo pasó rápidamente, llegaron a su destino y fueron en taxi hasta el hotel.

¿En verdad la vida lo odiaba o qué?

¿Porqué su habitación estaba al lado de la de Jaemin?

La verdad es que no se sentía fuerte, no tenía todo ese valor de enfrentar la situación, solo quería salir corriendo, pero no podía.

Dos golpes en la puerta se escucharon, cuando abrió Jaemin lo miró con una gran sonrisa.

- ¡Tenemos que ir a la playa! - dijo emocionado.

Sonrió, no pudo evitarlo, Jaemin lo hacía feliz.

- ¿No tienes hambre? Comamos primero, después podemos pasar a la construcción y seremos libres.

Jaemin hizo un puchero que definitivamente quería besar pero se contuvo.

Apenas era el primer día, apenas era viernes e iba a regresar hasta el lunes, así que tenía que controlarse.

Tal cómo lo dijo, primero fueron a comer, pasaron a la construcción y cuando llegaron a la playa Jaemin estaba demasiado emocionado.

Se quitó los zapatos y caminó hasta que el agua cubrió sus pies, se veía demasiado hermoso que deseó poder tomarle una foto, pero no.

Love of the Million - MarkhyuckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora