Faraway wanderers

Capítulo 66: Emboscada nocturna

De pie en las sombras donde la luz de la luna no podía llegar, El Escorpión estaba envuelto en una gran capa con capucha;  cuando la ligera brisa la hizo ondear, parecía un espectro que se había unido silenciosamente para tomar forma en una esquina.

Tenía un hermoso joven atado, uno de los dos que se habían retirado de su cama antes. El joven estaba vestido con un camisón ajustado y tenía una cadena alrededor del cuello. El otro extremo estaba en la mano del Escorpión.  Era como un perro de buen aspecto, de labios rosados ​​y dientes de un blanco perlado.

El Escorpión estiró los dedos y peinó suavemente el cabello del joven, suspirando: "Si no venimos y le dejamos un recordatorio al Maestro del Valle Wen, me temo que esa persona capaz e impresionante pasará el resto de su vida en una ternura tan dulce".  que ni siquiera la inmortalidad le tienta. Eso no es bueno: si todos los héroes son tan poco ambiciosos, ¿quién revelará el verdadero rostro de ese héroe? "

El hermoso joven entrecerró los ojos como si lo estuviera disfrutando mucho y se acarició los dedos inconscientemente, deseando más caricias.  Algunas figuras oscuras entraron corriendo en la pequeña posada.  Los invitados que lamentablemente se habían visto envueltos en esta situación se sobresaltaron de sus sueños, los gritos se elevaron por todos lados.  De repente, la puerta de una habitación se abrió de golpe y un muchacho a medio crecer, vestido descuidadamente, salió del interior.  Un escorpión venenoso lo perseguía de cerca.

El Escorpión siguió observando sin interferir.  Aunque el joven parecía un desastre ridículo, sus pasos no estaban desordenados en lo más mínimo y, de hecho, era un qinggong magnífico.  Parecía estar todavía aturdido por el sueño y no tenía la menor idea de defenderse, sino que se limitó a corretear, escondiéndose, llorando, “Diablos, ¿por qué es este grupo de personas de negro otra vez?  ¡Estás ahí cuando me duermo y sigues ahí cuando me despierto!  ¡No he hecho nada digno de tanto rencor como desenterrar a tus antepasados! "
[1]
Su voz se quebró con el último sonido en un chillido.  El Escorpión Venenoso después de él había soltado una aguja fina como un pelo de buey. [2] Zhang Chengling se abalanzó de cara al suelo como un perro masticando barro, se retorció un par de veces con el trasero hacia arriba como un gusano enorme y carnoso, y luego rodó ágilmente hacia un lado, poniéndose de pie.  Escalando el pilar de madera hacia un lado, se giró, volviéndose, con un objeto pellizcado en la mano.  Lanzándolo con vehemencia al Escorpión Venenoso detrás de él, gritó: "¡Cuidado con mi aguja!"

Ese Escorpión Venenoso se arqueó hacia atrás por reflejo.  Desde el momento en que nació, Zhang Chengling siempre había sido el estafado, y ahora finalmente había logrado estafar a otra persona bajo la influencia de trucos baratos empleados por una serie de personas sin escrúpulos y desvergonzados como Gu Xiang, su shifu y  más - Zhang Chengling estaba prácticamente encantado.  Se aferró al pilar de madera y se deslizó hacia arriba como un oso negro, incluso explicando con aire de suficiencia:

"Jaja, eres demasiado tonto.  Mi shifu me enseñó a engañar a los demás con esto ".

Una voz molesta sonó, "Tonterías, ¿cuándo te he enseñado trucos tan bajos y despreciables?"

Ese pobre Escorpión, cuando acababa de darse cuenta de lo que estaba pasando y estaba a punto de perseguirlo, una ráfaga de viento lo golpeó por detrás.  Antes de que pudiera girar la cabeza, rodó su cuello al suelo.  La risa de Zhang Chengling se atascó en su garganta y miró atónito a Wen Kexing, que se había materializado de la nada.

En ese instante, con su visión, todo lo que pudo visualizar fue una sombra que cortó el aire.  Entonces la cabeza de ese Escorpión Venenoso se separó de su cuerpo.  Wen Kexing permaneció apático a un lado, con la cabeza gacha.  Su túnica estaba impecable;  sólo cuatro dedos de su mano izquierda chorreaban sangre.