Capítulo 6: Chateau Petrus

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—Eso significa que no jugará en el Abierto de los Estado Unidos que comienza el jueves. —exclamó Kogoro molesto, apretando sus puños.

—Ne... ¿en qué momento cambió el culpable las gotas para los ojos? —preguntó Conan sin apartar su mano de la espalda de la científica.

—Oh, sobre eso... está mañana, después de que Tsuji-san sacara el automóvil del garaje, se aplicó las gotas para los ojos. Inmediatamente después de eso, escuchó un ruido de un vidrio rompiéndose, así que dejó las gotas para los ojos en el compartimiento del medio del auto, y volvió a entrar a su casa. —empezó a relatar Megure. —Aparentemente, una piedra fue lanzada a través de una ventana.

—Igual como sucedió con el profesor. —dijo seriamente Ai, volviendo a su máscara de indiferencia.

—Sin embargo, Tsuji-san pensó que solo había sido la travesura de algún niño, así que le encargó el asunto a las empleadas y se fue. —terminó de relatar el Inspector.

—¡No hay ninguna duda de que el culpable arrojó la piedra! —afirmó el detective durmiente. —¡Y las gotas para los ojos de Tsuji-san fueron cambiadas mientras él estaba en casa! —dedujo.

—Sí, es lo más probable. —habló el Inspector.

—¡Inspector! —llamó Shiratori entrando a la habitación. —No hay duda de que el culpable es Murakami Jo. —habló sacando una bolsa de evidencias de su bolsillo. —Hemos encontrado esto.

—¡El diez de Picas...! —exclamó Kogoro.

—¡Mouri-kun! ¡La próxima víctima es el número nueve! ¡¿Tiene algún conocido que tenga el número nueve en su nombre?! —gritó el Inspector acercándose ferozmente a Kogoro.

—No se me ocurre nada, pero conozco a alguien con el número "8" en su nombre. —dijo esta vez calmado.

—¿Ocho? —preguntó el Inspector.

—Sí, Sawaki-san, un sommelier. Su nombre es Kohei-san, y la parte superior del "Ko" es el número "ocho". —explicó Mouri.

—¡Bien! ¡Vamos a ver ese tal Sawaki! —habló Megure.

Apartamento de Sawaki

—Entonces, ¿ese tal Murakami está atacando a sus conocidos uno por uno, porque quiere vengarse de usted, Mouri-san? —dijo extremadamente tranquilo Sawaki.

—Sí.

—Aún así, Mouri-san, usted se ve muy calmado y tranquilo. —volvió a hablar Sawaki.

No más que usted. —pensó Ai mirándolo sospechosamente, agarrada de la manga del chaleco azul de Conan.

—Bueno, mi nombre tiene el número "cinco", ¡así que aún me queda mucho tiempo antes de que sea atacado! —habló animado Kogoro, riéndose.

El pequeño movió rápido a la científica lejos del hombre, ya que empezaba a ver de reojo a la niña, al sentir su mirada.

—Tranquilízate. —le murmuró el niño, cerca de una nevera para alcohol.

—No puedo, ese hombre me pone los pelos de punta. —le respondió desagradable, bajando la voz igual.

—Solo trata de disimular. —habló serio el detective miniatura.

—Margaux, Lafite, y Haut-Brion. —dijo la supuesta niña asombrada, mirando el refrigerador.

—¡¿En serio?! —habló impresionado Shiratori, acercándose a la nevera. —Wau, es cierto, ¡como se esperaba, es una colección impresionante de vinos de alta calidad! —siguió Shiratori emocionado inspeccionando la nevera.

—La familia de Sawaki-san tiene un viñedo en Yamanashi, y lo guardan en sus bodegas... ¡¿espera, como diablos sabes eso?!

—Lo vi en la tele. —le respondió tiernamente acercándose de nuevo a todos. —Auch. —exclamó Ai lastimándose el pie.

—¿Estás bien? —le preguntó Conan agarrándola, antes de revisarla.

—Sí, estoy bien, no es nada grave. —murmuró avergonzada safándose del agarre del niño por la extraña postura en la que estaban.

—Bien, al parecer la madera del suelo está dañada. —volvió a decir Conan.

—Oh, sí, disculpen el otro día se me cayó un botella ahí, tengan cuidado los dos. —dijo Sawaki amable, dándole una corriente desagradable a Ai.

—Por cierto, ¿cómo se llama? ¿Tu preciado... Pret-?

—¡¿Tiene una botella Chateau Petrus?! —vociferaron impresionados Shiratori y Ai, que gracias al policía pudo disimular, sin que le fueran a preguntar de nuevo por su conocimiento en bebidas alcohólicas.

—¡Es el vino que Poirot bebió en "Muerte en el Nilo"! —pensó Shinichi, recordando uno de sus libros favoritos.

—Tenía uno, pero lo bebí el otro día. —respondió Sawaki sin importarle mucho.

—¡¿Eh?! ¿Pensé que usted dijo que faltaban varios años para que estuviera listo para beberse? —preguntó Kogoro confundido.

—Bueno, la verdad es que no pude aguantar más.

—Sawaki-san, hablaremos de vino en otro momento. —comentó Megure aburrido. —¿Podría decirnos los planes que tiene para hoy?

—¿Usted conoce a Asahi Katsuyoshi-san? —respondió con otra pregunta. —Es un empresario que opera unos diez restaurantes en la ciudad. —explicó pasándole al Inspector un folleto.

—¡Oh, he trabajado para Asahi-san en el pasado! Escuché que dentro de poco inaugurará el Aqua Crystal, un centro recreativo acuático en la bahía de Tokyo. —habló Kogoro, explicando eso quién sabe por qué.

—Sí. Él me ofreció hacerme cargo de uno de sus restaurantes ahí, así que tengo una reunión con él a las 3:00 de la tarde.

—¿Asahi Katsuyoshi? —murmuró Conan.

—¿Asahi? —le siguió el Inspector Megure.

—¡Espere un momento...! —exclamó Kogoro.

—¡Es el nueve! ¡En su apellido está el kanji de número nueve! —gritó Shiratori, interrumpiéndolo.

—Eso significa que el próximo en ser atacado es Asahi-san. —concluyó el Inspector.

—Pero él solo me contrató para encontrar a su gato. No somos realmente conocidos... —dijo Kogoro confundido por no "conocer" con exactitud a ese hombre.

—Puede que Murakami no lo vea de esa forma. —respondió el Inspector Megure. —De cualquier modo, ¡protegeremos a Sawaki-san y nos reuniremos con Asahi-san! ¿Está de acuerdo, Sawaki-san?

—Sí. No me importa. —respondió retraído este por las miradas asesinas que recibía de cierta niña, a pesar de que el chico a su lado hiciera todos los esfuerzos para taparla con su cuerpo.

—Entonces, Ran-kun, Ai-kun y Conan-kun... —comenzó a decir Megure con la obvia intención de dejar por fuera a los menores de edad pero...

—¡Iremos! —dijo firmemente Ran. —¡Conan-kun, Ai-chan y yo también iremos!

—¡Es suficiente, Ran! ¡Esto no es un juego! —le habló como todo un padre, lo cual es, Kogoro.

—¡Claro que no lo es! ¡Estuvieron a punto de morir, pero gracias a Conan-kun y Ai-chan están a salvo, porque no supieron reaccionar! —reclamó molesta. —¡No es un juego! ¡Por tu culpa muchas personas están siendo atacadas! ¡Ai-chan se siente muy mal, al ver al Profesor en un hospital! —esta mención hizo sentir nerviosa a la involucrada. —¡¿Cómo crees que se sienten los familiares de los otros?! ¡No solo tú estás en riesgo! ¡No voy a quedarme esperando, angustiada en casa! ¡Así que vamos a ir! —afirmó decidida, ya estaba claro y nadie la convencería de lo contrario.

La decimocuarta víctima Donde viven las historias. Descúbrelo ahora