Playful Kiss (Adrinette) (+18)

┈┈୨♡୧ Primer Beso ୨♡୧┈┈┈┈┈┈

Menuda suerte de Marinette quedarse dormida por accidente justo el día en que ella y sus compañeros debían anotarse para participar en la feria de caridad de la preparatoria. Ella había querido anotarse en el stand de juegos o de comida – para así poder picar algunas cosas cuando nadie mirara – algo simple pero divertido; solo que... Cuando por fin despertó, tuvo un mini ataque de pánico por lo tarde que era, y eventualmente llegó a la preparatoria sin aire, con el cabello desordenado, y cuando ya todos habían escogido sus respectivos stands. La hoja de firmas ya estaba en la pizarra.

Marinette rápidamente revisó las hojas buscando su nombre, y supo que tenía una expresión de terror cuando por fin lo encontró, pero pudo reunir suficiente valor para poner su máscara de indiferencia porque... ¡Maldición!

—¿Cabina de... Besos?

«No podía ser. Debía ser un error. »

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Marinette sabía que la posibilidad de que consiguiera un buen stand era cercano a cero ya que no había estado cuando debía escoger, pero una parte de ella esperaba que al menos fuera algo decente, pero... «¿Una cabina de besos? ¡¿Quién en nombre de Dios había pensado que tener una cabina de besos sería buena idea en primer lugar?! ¡Besar extraños en la boca todo el día durante 4 días seguidos... ¡Demonios! »

Desafortunadamente, ningún ruego a su profesora, quien se alzó de hombros y le dijo a Marinette que quizá debió haber ido más temprano, funcionó.

—Buena suerte, —Alya, la amiga de Marinette dijo cuando ella llegó a Alya para quejarse, dándole una palmada en el hombro.

Marinette alzó la mirada, dirigiéndola a su amiga.

—Wow, podrías, no lo sé, ¿tratar de ser condescendiente conmigo?

—¿Qué quieres que diga? No debiste quedarte dormida, perezosa. —Alya dijo y tomó su milkshake, sorbiendo.

—¡No es como que quise que fuera así! —Marinette se quejó infantilmente, haciendo un puchero. —La única razón por la cual estás siendo cruel conmigo es porque tienes el stand de la comida. ¡Suertuda! —refunfuñó.

—No estés celosa, Marinette. No se ve bien en ti. —Alya dijo, y honestamente, «¿por qué eran amigas? »

Marinette gruñó y bajó la cabeza.

La risa de la morena cedió gradualmente y secó imaginarias lágrimas antes de palmear a Marinette otra vez.

—Ya, ya. Quizá no sea tan malo como crees que será. ¡Quizá terminarás besando a alguien que te guste! Vamos, Marinette, esta puede ser una oportunidad de oro.

—Entonces cambia de lugar conmigo, —Marinette pidió con desesperación en su voz.

—¡Claro que no! —Alya volvió a reír. —Hey, —dijo cuando se calmó. —¡Sé qué te hará sentir mejor! Alix, Kim y yo nos encontraremos en el gimnasio después de clases e iremos a Mountain Oak juntos para fastidiar a esas bastardas de las porrisitas y todo su sequito, ¿quieres unírtenos? Sé que te gusta~ —se inclinó más cerca y bajó la voz como si estuviera por contar algún secreto, —Kim y Alix consiguieron una bomba apestosa, —dijo, moviendo las cejas.

Marinette lo pensó por un segundo porque sí, sonaba tentador ir a fastidiar a esos chicos como siempre lo hacían, pero... Terminó moviendo la cabeza.

—Nah, creo que seguiré revolcándome en mi miseria un poco más. Pero diviértanse.

—Ok, como quieras. Los filmaré corriendo como tontos y te lo enseñaré mañana.