Capítulo 6

2.5K 551 175
                                    


6

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

6. LA OPORTUNIDAD DE SER MEJOR

Con el gesto que Azucena pone cuando le expongo mis miedos, entiendo que tengo razón en cada uno.

—¿Entonces a nadie le agrado?

—Yo te amo.

—Azucena...

—No es que a nadie le agrades, es que nadie te conoce —responde—. Todos son sanguijuelas de la suerte y solo te buscaban por ello, Zack. Y no me digas que jamás te lo dije.

Varias veces cuando Azu y yo nos vamos juntos a la hora de salida, yo le cuento que me invitan a tal fiesta, o que tal persona coquetea conmigo, o que dos compañeros se pelean por ser mi compañero de química. Todas las personas que protagonizan esas anécdotas, son —eran— mis clientes pero yo los llamo amigos al contarlo, y Azucena nunca oculta sus comentarios de no son tus amigos, solo tienen interés en tu don. Yo usualmente me río y finjo que no escuché nada... hasta ahora que esa realidad es tan palpable que me abofetea.

—No todos me buscaban por suerte —objeto, sin convicción—. Mis clientes son menos de la mitad de los estudiantes.

—Sí, y la otra mitad no quisiera ser tu amigo.

Sus palabras duelen.

—¿Por qué?

—Porque tú nunca lo has querido. ¿Los nombres de cuántos compañeros conoces? ¿con cuántos has cruzado una conversación que no fuera de negocios o estrictamente necesaria para una clase? Tú... A ver, ¿si notas en este momento esa manera en que todos te ignoran y prefieren pasar de ti? —Asiento, acongojado—. Así has pasado tú de todas las personas que no te representan dinero o adulación. Haces una excepción conmigo, y siempre he creído que es porque nos hicimos mejores amigos antes de que empezaras con tu negocio hace casi dos años. Te obsesionaste de una forma grande con tu suerte, con venderla, con ser solicitado y popular por ella, tanto, que dejaste cualquier amistad sincera lejos.

Azucena me produce sentimientos contradictorios. Si bien siento sus palabras como pequeñas puñaladas que me lastiman, su tono me indica que si me caigo estará para sostenerme. Y me recrimino porque todo es cierto. Duele aceptarlo, pero es cierto.

—¿Por qué nunca... me lo hiciste notar? ¿He sido una mierda con todos?

—No una mierda, Zack, nunca has sido malo con nadie, pero mira que ahora nadie está siendo malo contigo y aún así te duele su indiferencia. No eres una mala persona, ¿vale? Si lo fueras no sería tu amiga. Y nunca te lo dije porque no fue necesario. Tú eras feliz en tu burbujita de popularidad, incluso si era falsa, porque sabías que nunca se iría. No hacías daño, estabas contento, ¿para qué querrías mis reproches? Y en todo caso, no creo que hace un mes recibieras bien mis palabras. Me llamabas exagerada cuando te decía que la gente te quería por interés, ¿recuerdas?

¡Esa suerte es mía! •TERMINADA•Where stories live. Discover now