Capítulo 1.

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La lluvia caía sobre Lauren haciendo que se sintiera aún más miserable de lo que ya lo hacía. Solo quedaba unas pocas personas transitando en la calle, casi todos se habían refugiado en los locales. No solía llover mucho, pero cuando sucedia, era mejor que el agua no te atrapara muy lejos de tu hogar.
La noche era oscura, lúgubre y fría. Las gotas de agua recorrian su espalda provocandole escalofríos y ganas de llorar, llevaba días sin dormir, el hambre la estaba matando, seguramente pescaria un resfriado y lo único que podía hacer era sentarse a esperar que la lluvia pasara pronto.

La campanilla de la puerta anunció su entrada a la pizzería. El local estaba casi vacío, había una pareja sentada en una esquina junto a unas fotografías de la inauguración del negocio colgadas en la pared y un hombre algo mayor en la mesa del centro con la apariencia de ser esa clase de persona con la cual no quieres problemas. De pequeña siempre le había gustado ir, era su lugar favorito. El color amarillo de las paredes junto con las mesas y decoraciones rojas siempre le hicieron sentir que estaba en una pizza gigante.

El pensamiento infantil la hizo sonreír con nostalgia mientras se sentaba en una de las mesas, no ordenaria nada, pero necesitaba refugiarse de la lluvia.

El olor a pizza recién hecha inundó sus fosas nasales mientras el camarero pasaba junto a su mesa, haciendo que su estómago rugiera en señal de protesta, deseaba tener los dedos grasosos mientras sostenía un pedazo de cielo con todos los ingredientes.

— ¿Está lista para tomar su orden? — Preguntó el chico, recorriendo su cuerpo sin discreción alguna.

— Yo ... N-no, todavía no — Respondió Lauren apresuradamente. El joven frunció el ceño.

— Si no vas a pedir nada es mejor que te vayas de aquí, no le damos comida gratis a nadie — Lauren lo miró suplicante. No le interesaba la comida gratis, lo único que quería era un lugar con una buena temperatura para no tener que enfrentarse a la fría tormenta.

Se escuchó el sonido de una silla moviéndose y unos pasos que se acercaban, ambos levantaron la vista y se encontraron con el hombre en el cual Lauren se había fijado minutos atrás.

— ¿Hay algún problema? —  La fuerza en su voz hizo a Lauren estar agradecida de no encontrarse en los zapatos de ese chico.

— Es la sexta persona sin hogar esta noche que viene a pedir comida,  — Cruzó los brazos sobre su pecho, elevando el mentón. Era bastante musculoso, lo suficente como para dejar mal a alguien en una pelea, pero no podía estar totalmente seguro de ganarla — Esto no es un refugio, es una pizzeria.

Lauren comenzó a jugar con sus manos nerviosamente, sin percatarse de que el hombre la observaba fijamente.

— Ella viene conmigo — Extendió su mano hacía Lauren y le sonrió amablemente. — Acompañame, por favor.

Comenzó a retirarse sin mirar atrás. La chica se apresuró a seguirlo, evitando la mirada del claramente molesto camarero.

— Por cierto — Se detuvo. — Me encargare de que te despidan, aprende cómo se debe tratar a una dama.

Lauren escuchó la campanilla sonar nuevamente y al levantar la vista, el chico ya no estaba.

— Eso fue muy rudo de su parte, señor — Murmuró Lauren. —  No tiene que hacer que lo despidan.

Él se limitó a ignorar su comentario mientras volvía a sentarse — Soy Simon Cowell — Tomó el plato que estaba frente a él y lo colocó en el sitio de Lauren — Debes estar hambrienta, toma asiento.

Lauren. [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora