26.

261 23 2
                                    


V

Es noche cerrada y decido dar un paseo. Desde pequeño siempre me ha gustado moverme por la silenciosa noche, podríamos decir que es mi escenario favorito. Las calles de Londres se tornan tranquilas y solo se escucha el viento que choca contra las hojas de los árboles. No hay demasiado movimiento. 

De pronto mientras camino por uno de los muchos recovecos de la ciudad, escucho unos pasos detrás de mí, rápidamente saco mis armas dispuesto a defenderme, pero sin embargo lo que observo me deja completamente descolocado. Es mi hermano Peter, al que no veía desde hacía muchos años.

-¿V? - me pregunta. Su cara muestra una expresión de sorpresa.

No le respondo y decido alejarme cuanto antes. Pero él me sujeta la capa lo que hace que me pare durante un instante.

-¿Se puede saber que haces a éstas horas de la noche por aquí? ¿No deberías estar en tu hogar? - le pregunto como si nada.

Él no responde a mi pregunta pero sin embargo, me suelta la capa.

- Hermano, hace muchísimo que no te veo. ¿Se puede saber que has estado haciendo todo este tiempo? - me cuestiona.

- No pienso responder a ninguna de tus preguntas, Peter y menos cuando no hiciste nada para ayudarme. Y ahora, si me disculpas quiero proseguir mi paseo - le digo con una aspereza que ni yo mismo reconozco.

- V, me tenías muy preocupado. Jamás pensé que fuesen a llegar tan lejos... Yo... - pero antes de que finalice su frase le clavo una de mis espadas en el cuello de su camisa, sin hacerle daño, pero con la única intención de sorprenderle.

- No me recuerdes esa noche y menos aún me recuerdes el pasado. ¿Me has oído? No soy el V que conoces, no soy el que era y no lo seré jamás. Olvídame porque tú ya no eres nadie para mí. - le digo y de pronto me alejo rápidamente, dejándole con la palabra en la boca, lo que no le da tiempo a alcanzarme.

Una vez que lo pierdo de vista, decido subirme a uno de los tejados de las casas y contemplo la luna plateada y llena que se ve con tanta claridad que me deslumbra. 

Me quedo un rato observándola. Un nudo de emociones quieren aflorarse por mi cuerpo pero decido no ir más allá. El breve encuentro con mi hermano Peter no deja de cesar por mi mente. 

Cuando vuelvo de nuevo a las calles, ya parece que amanece. Evey debe estar preocupada, así que vuelvo de nuevo a la Galería de las Sombras.

Entro con cuidado para no hacer ruido, no oigo nada y todo está oscuro lo que me da a entender que quizá Evey esté dormida.

Me siento en el sofá y me pongo una película de vaqueros en voz baja, concentrándome en los diálogos, donde aparece John Wayne:

"La vida es dura, pero es más dura si te comportas como un estúpido"

¿He sido un estúpido a lo largo de mi vida? Tal vez, pero los seres humanos están hechos para tropezar con la misma piedra durante numerosas ocasiones. No estoy destinado a entablar conversación con mi hermano después de todo aquello. No.

De pronto mientras sigo observando la película, veo a Evey que se dirige a mí envuelta en las sábanas negras de satén de la habitación. Mi mente empieza a acelerarse pero decido mantener la compostura.

-Lo siento Evey, ¿te he despertado con la película? - le pregunto haciéndole un hueco en el sofá.

- No, no. Solo que no te vi acostado en la cama ni en ningún lado de la casa y me preocupé, era muy tarde... - me susurra acomodándose.

La cojo con suavidad y la coloco encima de mí. Ella se sorprende.

-¿Qué te ha pasado? - me pregunta curiosa mirándome con sus ojos de cervatillo. Hay tanta bondad en ella...

Pero de pronto la beso con suavidad, solo quiero que ella me siga ahora. No necesito más preguntas. No más por hoy, al menos.

La película de John Wayne suena de fondo lo que le da a la atmósfera un clima mucho más cálido y familiar, dejando de lado la frialdad que estoy sintiendo por mi cuerpo.

Evey responde a mi beso y decide no hacerme más preguntas. Esta mujer parece que adivina cada uno de mis pensamientos. 

- ¿Te apetece un té? - me dice cuando nuestro beso se deshace.

- No te preocupes, querida. Ya me lo preparo yo - le digo mientras me dirijo a la cocina y le preparo uno para ella y uno para mí.

Después de tomar la bebida, continuamos la mañana de la manera más calmada posible y gracias a ella poco a poco se alejan mis atormentados pensamientos...


V DE VENDETTA II "El Renacer"Where stories live. Discover now