Love you like the movies (Lams)

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14 de febrero de 2021

Ya pasaban juntos en la misma casa y ni siquiera era que llevaban mucho tiempo saliendo. Solo un par de meses donde la vida de John había puesto de cabeza y, por más extraño que parezca, Alex había querido continuar ese viaje inusual en el que se habían embarcado. Al inicio se le había complicado acostumbrarse a la nueva cotidianeidad que compartiría con su novio, con la cosa que también Alex debía cuidar y la universidad que ninguno de los dos podía descuidar.

Menos John quien se había puesto por objetivo terminar la carrera que había elegido.

Más Alex quien tenía la esperanza de graduarse antes para poder empezar a trabajar y no parecer un arrimado en la casa de su novio.

Y aunque la mañana no había salido como lo había planeado, con Philip despertándolo del sillón, el café derramándosele en el mesón de la cocina y su intento por hacerle un desayuno a John —quien sorprendentemente continuaba dormido luego de todo ese alboroto—, que mejor solo se quedó en intento, de verdad estaba planeando hacer algo.

Lo había hecho hasta con días de antelación al ser el primer San Valentín que pasaría con John. Y justo hoy parecía que la suerte no estaba de su lado.

—Alex, es domingo, ¿qué haces despierto tan temprano? —le preguntó, John, bostezando desde la entrada de la cocina, aún con cara de sueño, rizos enredados y los calentadores gastados con los que dormía desde el inicio del invierno.

—Philip.

Alex lo señaló en la cuna portátil que les había armado Herc en la sala para cuando estuvieran ocupados.

—A eso... —volvió a bostezar, tapándose la boca con la mano— Buenos días, entonces. ¿Qué hacías en la cocina?

—Desayuno —dijo, Alex, lo obvio, como si lo que sea que mezclaba en el sartén no era suficiente para adivinar lo que estaba haciendo.

—Tú no cocinas.

—¿Sorpresa?

—Voy a ordenar algo —John descruzó sus brazos y fue a buscar el teléfono.

Ahí se habían ido sus esperanzas de que, ya que él no podía hacer un desayuno medianamente comestible, John al menos se ofrecería a preparar uno para ambos. Se había equivocado.

En la tarde, ni siquiera se pudo ofrecer a ayudarlo con el almuerzo porque Philip lo tenía demasiado ocupado como para dejarlo sin vigilancia. A Alex le tocó comer en la habitación del niño luego de darle el biberón, John seguramente estaba ocupado con algo más porque no se pasó mucho por ahí más que para dejarle su plato.

—Hoy, Pip, es un día importante... No solo para las parejas, no, también para los amigos y a los que se aman entre sí... No solo amor romántico, si me entiendes —le explicó al bebé que luego de comer estaba cerrando sus ojitos con cada palabra que Alex le decía.

Seguro hasta él se aburría de escucharlo hablar.

Además de eso, tampoco había notado cuándo había empezado a cabecear hasta quedarse dormido en una de las sillitas que había en la habitación de Philip, no hasta que escuchó unas pisadas por todo el segundo piso que lo despertaron.

—¿John eres tú? —sacó, Alex, la cabeza por la puerta, viendo una sombra bajando las escaleras, en ese momento lo que más quería es que fuera John.

Se volteó a cerrar con seguro la puerta del niño solo para estar precavido y bajó las escaleras de dos en dos, casi cayéndose por el sueño que aún tenía pegado contra los ojos.

In the Winter's TrailDonde viven las historias. Descúbrelo ahora