𝕮𝖆𝖕𝖎́𝖙𝖚𝖑𝖔 Յ

Începe de la început
                                    

Brinqué levemente en mi lugar cuando escuché de nuevo ese golpe, bajé sigilosamente las escaleras, encendí las luces y no había nada. Escuché nuevamente ese golpe, pero esta vez en el sótano, me dirigí hacia allá y ví la puerta de este abierta de par en par.

«Que extraño... Esta puerta siempre está cerrada».

—¿Quién está ahí abajo?—Pregunté con voz firme y a la vez temerosa.

—¡Oh, Scarlett! ¡Mi niña, soy yo!—Respondió... ¿Mi madre?

—¿Mamá? ¿Qué haces allá abajo y a oscuras?—Pregunté extrañada.

—Escuché ruidos, pero no hay nadie y me he torcido el pie, cariño. ¿Puedes bajar ayudarme, por favor?—Pidió con una voz muy dulce.

—¿Eh...? Sí, ya voy.—Contesté dudosa.

No sé por qué tengo un mal presentimiento. Cuando bajé tres escalones un frío viento me hizo estremecer y me quedé paralizada en mi lugar.

—¿Qué sucede, cariño? Mamá necesita tu ayuda, acércate.—Su voz es dulce, pero luego se tornó oscura y aterciopelada.

«Ella no es mamá».

—¿Scarlett? ¿Qué haces ahí abajo?—Volteé abruptamente con una cara de horror.

«Es mi madre. Entonces... ¿De quién era esa voz que provenía del sótano?»

—¿M-Mamá? ¿Qué no estábas ahí abajo en el sótano?—Hablé totalmente horrorizada.—Dijiste que te habías torcido el pie y que necesitabas de mi ayuda—.

—¿Uh? ¿De qué estás hablando? Vengo de tu habitación porque escuché ruidos aquí abajo.—Repondió aún más confundida que yo.—¿Qué te sucede? Estás muy pálida como si hubieses visto un fantasma—.

Mi mirada se llenó de miedo.

Pero entonces...

«¿Con quién hablaba yo hace un momento?»

Mis piernas flaquearon del miedo y mi mamá alcanzó a tomarme en sus brazos.

—¡Por Dios, Scarlett! ¿¡Qué te pasa!? ¡Vámos a tu cuarto!—Exclamó mamá muy preocupada y me ayudó a subir.

—No me siento muy bien.—Mi voz sonó débil.

Me ayudó a subir a mi cuarto, pero antes de entrar le pedí suplicante que quería dormir con ella, mamá asintió dulcemente y fuímos a dormir juntas a su cuarto.

—Shh... Aquí estoy contigo, tranquila. Sólo fue un mal sueño.—Susurra mientras acaricia suavemente mi cabello y tararea una canción de cuna que me cantaba de pequeña.

Pero estoy segurísima de que aquélla voz que escuche en el sótano no fue mi imaginación, ni mucho menos un sueño.

Poco a poco me fuí quedando dormida en los brazos de mi madre.

«Mamita, ¿Qué haría yo si un día me haces falta?»

—Dulces sueños, mi niña.—Susurró dulcemente en mi oído.

Pero en mi mente escuché susurrar aquélla ronca y aterciopelada voz.

🍭🍬

A la mañana siguiente, me desperté para bañarme, me vestí con un conjunto sencillo y bajé a desayunar.

—Buenos días, cielo. ¿Cómo dormiste anoche? ¿Ya quieres desayunar?—Pregunta mamá suavemente.

—Buenos días, mami. Dormí bien y no tengo mucha hambre, pero tengo que comer algo.—Respondí con voz cansada y apagada.

Tocaron la puerta y mamá fue abrir, pero regresó con una cara confusa y en sus manos trae una rosa negra y un collar negro con el llavero de un caramelo.

—¿Quién era mamá?—Interrogué ladeando la cabeza.

—No había nadie, pero encontré esto en la puerta. Yo creo que es para ti.—Me entrega la rosa y el collar.

Esto es extraño.

¿Quién pudo haber dejado esto en la puerta?

—Tienes un admirador secreto, ¿Será aquél muchacho llamado Peter?—Dice mamá con un ligero brillo en sus ojos.

—No lo creo, pero cuando lo vea le preguntaré.—Contesté mirando la rosa.

Observé detalladamente la rosa en mis manos; Nunca había visto ninguna rosa de este color, pero es tan hermosa y única.

La bella rosa la puse en agua y el collar me lo puse, era pegado al cuello.

“Con esto ya te aparté, mi dulcesito”.

Sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo al ponerme el collar y al escuchar aquélla voz en mi cabeza. Pero le resté importancia.

Nos sentamos a desayunar, y minutos después tocaron nuevamente la puerta.

—¿Quién será esta vez?—Dice mi madre mientras se dirige a la puerta.

—Oh, señora Annelise, buenos días. ¿Se encuentra Scarlett?—Esa voz... Creo que es Peter.

—Ah, eres tú. Sí, sí se encuentra. ¡Cariño, te buscan!—Anunció mi madre y me acerqué a la puerta.

—Hola, Peter. ¿Qué te trae por aquí?—Saludé alegre.

—Hola, Scarlett. Pasaba por aquí para invitarte a tomar un helado, digo, si tu madre te dá permiso y si no estás ocupada.—Dice apenado.

Antes de responder mi madre lo hizo:

—¡Claro que le doy permiso!—Respondió risueña.

—Mamá, pero...—Me interrumpió.

—Yo me encargo de la casa, tú sal a distraerte un rato. Pero asegúrate de volver pronto para que comas antes de ir a trabajar.—Dice risueña.

Ni siquiera me preguntó sí quería salir con Peter.

—Gracias, señora. Me aseguraré de traerla pronto.—Peter le guiñó un ojo a mi madre.

Antes de irme, me cambié de ropa y me arreglé, fuí a cepillar mis dientes y tomé mi bolsa para irme con Peter.

—Tu madre es una mujer muy risueña y cariñosa.—Sonrió.

—Sí, es un amor.—Sonreí alegre.
Mamá presenta un aura muy alegre y tiene buen sentido del humor.

Llegamos a la tienda de los helados y Peter pidió un helado de chocolate y para mí uno de limón. Mi favorito.

Nos fuímos a sentar a una banca que se encontraba debajo de un árbol y daba buena sombra.

—Te ves muy pálida, ¿Estás bien?—Pregunta preocupado.

—Estoy bien, es que no dormí muy bien anoche. Desde que ví a ese payaso en ese circo me han sucedido cosas extrañas y espantosas.—Temblé de miedo al recordar a ese payaso.

—¿Has vuelto a ver a ese payaso?—Pregunta asustado.

—Pues... No exactamente. He tenido pesadillas, sólo eso.—Respondí lamiendo mi helado.

—Ese collar es precioso, ¿Es nuevo?—Miré confundida a Peter.

—¿Que no me lo regalaste tú?—Cuestioné un tanto confusa.

—Hmm... No, ese regalo no es mío.—Contesta él aún más confundido que yo.

—Entonces si no fuiste tú... ¿Quién dejó esto en mi puerta?—Hablé con ligero temor en mi voz.

—Scarlett, debes irte de aquí junto con tu madre. Tengo el presentimiento de que ambas están en peligro.—Advirtió preocupado.—Siento que ese payaso te conoce y te vigila—.

—¿¡Y a dónde piensas que voy a ir!? ¡Aquí tengo mi trabajo y mi casa! ¡Me costó llegar hasta aquí! ¡Tranquilízate, por favor! ¡Nada va a pasar!—Me levanté molesta de mi asiento y me fuí de ahí.

Peter me llamó repetidas veces, pero lo ignoré.

—Tengo que darme prisa o se me hará tarde.—Mencioné para empezar a correr a casa.

𝐅𝐑𝐈𝐄𝐍𝐃'𝐒 𝐔𝐍𝐓𝐈𝐋 𝐃𝐄𝐀𝐓𝐇┃(Book 1) Laughing JackUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum