355 Dias-Capitulo 34

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Al siguiente día, me dolía un poco la cabeza, trate de ignorar el dolor y baje rápido a desayunar para irme a la escuela. 

Laura: Buenos Días. - No vi a mama en la cocina- ¿Y mama? - le pregunté a Vanessa- 
Vanessa: Salió. Ya sabes, cosas de trabajo. 
Laura: Ah. - tome el cereal- 
Vanessa: ¿Estas bien? 
Laura: Sí, ¿Por que? - serví la leche en mi tazón- 
Vanessa: Pues - buscó mi rostro- tienes... los ojos rojos, como si hubieras llorado toda la noche. 

Puse mala cara y me senté a desayunar. 

Vanessa: ¿Estuviste llorando por tu novio? - no respondí y deje mi vista clavada en mi cereal, no quería hablar de eso- ¿Laura? 

Deje caer la cuchara en el plato y mire a Vanessa irritada. Ella alzo las cejas. 

Laura: ¡Si! ¡Estuve llorando por el!
Vanessa: ¿Es por lo de su enfermedad...? - se sentó buscando mi mirada- 

Yo asentí lentamente. 

Vanessa: Tranquila Lau - acaricio mi mano- eso aun no sucede...
Laura: ¡Pero sucederá! Y es lo que no quiero
Vanessa: - suspiro- Se hace tarde para la escuela. Me iré con Sue ( amiga de Vanessa) ¿Te vas sola? 
Laura: Sí, Ross vendrá por mi.
Vanessa: De acuerdo - tomo mi palto y lo dejo en el fregadero- tranquila ¿ok? - asentí- Bueno, Bye
Laura: Bye 

Vanessa salió de la casa. 

|Narra Ross|

Salí rápido de casa y vi a Vanessa salir de la suya. 

Ross: Hola
Vanessa: Hola - se dirigió hacia mí- Oye, habla con mi hermana.
Ross: ¿Que tiene? 
Laura: Esta triste por tu... - asentí- bueno, se la pasó llorando anoche. 
Ross: No puede ser...
Laura: Bueno, me voy. Bye.
Ross: Bye. Gracias.

Toqué la puerta de Laura. Ella abrió y fue por su mochila, se la colgó y salió. 

Ross: Hola - bese tiernamente sus labios- ¿Estas bien? 
Laura: Te dijo algo Vanessa ¿no? 
Ross: ¿Por que estuviste llorando mi amor? 
Laura: Porque... Después de que te dormiste anoche, tu mama estuvo hablando conmigo y... Tu te veías tan tierno, y sabemos que no vas a...
Ross: No quiero que estés sufriendo. - tomé sus manos- quiero que estés feliz. No me gusta verte así... - mire sus ojos- no te preocupes, te amare por siempre... - bese sus labios- 

|En la escuela|

Estábamos en la cuarta clase del día, Laura estaba mejor. 
Al salir de Historia, ella se fue al baño y yo aproveché a ir a mi casillero por unos libros. 
Lo abrí y cayeron al suelo varias notas. Tome una bocanada de aire y me agaché a recoger los insultos. 
Pero algo llamó mi atención, la mayoría de las veces, escriben los insultos con tinta negra o roja, o con marcadores y letras grandes y toscas. Pero las letras de estas eran suaves, claras, de trazo delgado; Entintadas en color rosa y morado. 
Tome una de todas y la leí. 
-“Me gustas mucho. Att: Laura”
Sonreí y tome otra. 
“Te amo” todas eran de Laura. Guardé esas dos en mi mochila y leí las demás:
“Eres el amor de mi vida”
“Soy afortunada de ser tu novia”
“Eres lo mejor que me ha pasado”
“Jamas olvidare esa cubeta”
“Amo tu sonrisa” 
“Me encantas Ross”
“Te amo” 

Luego de leer todas, las guarde en mi mochila sonriente. Todo el tiempo había recibido notas ofensivas y ella llegó a cambiar todo eso. 
vi que salía del baño secándose las manos en su pantalón. Se acerco a mi y me abrazo por la cintura. 
Me incline hasta su odio y susurré: 

Ross: Gracias por las notas mi amor. 

Ella saco su rostro de mi pecho y alzó la mirada para mirarme. 
Sonrío tiernamente.

Laura: De nada. ¿Te gustaron? 
Ross: Me encantaron - la tome de la mano y comenzamos a caminar hacia la siguiente clase- ¿Cuando las metiste a mi casillero? 
Laura: Fue un día antes de que nos fuéramos con mi familia. 
Ross: Ahh - bese su frente- 

El día en la escuela se me hizo una eternidad, quería llegar a casa y tocar un poco mi guitarra. 
Cuando llegamos, Laura me abrazo por la cintura sumergiendo su rostro en mi pecho, yo rodee su cintura. 

Ross: ¿Quieres entrar conmigo? 
Laura: ¿tu quieres que lo haga? - levanto su rostro mirándome- 
Ross: Si, me gustaría. 
Laura: De acuerdo. - levanto un poco mas su cabeza y me beso- iré a avisarles a mis padres, y llegó en 5 minutos ¿si? 
Ross: Esta bien. 

Ella saco las manos de mi cintura y entró a su casa. 
Cuando crucé la puerta de mi casa, saludé a mis padres, que estaban en la mesa hablando de algo y con el televisor encendido. Riker buscaba en la cocina algo de comer como un muerto de hambre. Me reí y subí a mi habitación. 
Acomodé un poco y tomé mi guitarra. Comencé a rasgar las cuerdas y tararear la canción que escribía para Laura

355 DíasWhere stories live. Discover now