—No puedo creerlo —dijo mirando el cielo, se rio un poco.

—¿Qué estás esperando para ir a verla, Nick?

—¿Qué? —pregunté—, ¿yo?

—Estás diciendo que mañana en la tarde se va a Italia, ¿por qué no vas a verla? ¿Eres tonto?

—Y si...

—Y si, ¿qué? —preguntó, se puso de pie y me pegó en el brazo—. ¡Yo no te crié de esa forma! Tiene su reunión familiar virtual hoy, e imagino que estará alistando sus cosas para mañana, pero puedes ir a verla antes de que se vaya, ¿no?

—Puedo —asentí.

—Y, ¿qué estás esperando? —Quise responder, pero la verdad, no sabía qué decir—. No esperes a no poder tenerla cerca para arrepentirte de no haberla buscado. —Quinn me ofreció una sonrisa y palmeó mi espalda—. Yo venía a dejarte un regalo, y al final me iré con un chisme bien contado. Me voy satisfecha.

Quinn me dio un beso en la mejilla y me despeinó.

—Gracias, Quinn.

—Feliz cumpleaños, Nick. No pensaba venir, pero luego de llamarte, pensé que estaba mal no venir, aunque sea un momento. Pero ya es hora, debo irme antes de que The Orb intente sacar un nuevo titular para su portada. ¿Sabes que están afuera intentando averiguar quién entra o sale de tu casa?

—Gracias, y le diré a Kevin sobre eso.

Y nos despedimos, la acompañé a la puerta del estacionamiento y salió en el auto de guardaespaldas. Fue lista en no llegar con su auto, así despistaba a los que estaban esperando fuera.

—¿Dónde está el del cumpleaños? —oí gritar a Chase desde la casa, sonreí y entré a la fiesta.

Me divertí, Bee, Chase y yo bailamos juntos, además se unió Valentina, y lamentablemente, también Caleb.

Pero aún así fue un buen cumpleaños.

El caso es que no pude dejar de pensar en lo que Quinn me había dicho durante toda la noche.

Ella tenía razón, si quería verla, tenía que buscarla. Después de eso, se iría a Italia y no sabía cuándo podría verla.

Nick 🦋

«hola» 03:46

«Iré a verte al aeropuerto, puedo ir a verte al aeropuerto?» 03:46

«Iré a verte al aeropuerto, puedo ir a verte al aeropuerto?» 03:46

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Moví los dedos sobre la ventana del auto. Estaba nervioso, no lo iba a negar.

Kevin estaba harto de mí y lo había dicho de forma explícita.

Pero no podía evitarlo, la iba a ver.

Ese mismo día, a las siete de la mañana, Bianca me contestó el mensaje. Me respondió que si era en serio lo que decía, por un momento dudé y pensé en decir que era una broma. Pero ya no estaba en situación de retroceder. Le dije que sí, y ella me comentó que estaría en la cafetería esperándome.

Luces, música y acciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora