Me aleje de el lentamente como si algo dentro de mi quería detenerlo y por otro no.

Ambos nos miramos no era la primera vez que nos besábamos pero aquello había sido demasiado intenso. Ninguno de los dos dijo nada solo el silencio nos acompaño por un largo rato.

El golpe de la puerta nos sobresalto haciéndonos salir de la ducha. Max se puso delante mío esperando cualquier cosa.

Un tipo robusto entró y se acerco hacia nosotros colocándonos unas esposas una mano de los dos. Una mujer asiática entro detrás de el con unas vendas entre sus manos.

— 您必須掩蓋自己的眼睛

Nos cubrieron los ojos, aun con nuestros cuerpos empapados sentí la mano de Max a mi lado y sin pensarlo los dos nos tomamos de las manos entrecruzando nuestros dedos.

Empezamos a caminar guiándonos de los empujones de un tipo, una brisa de aire choco en nuestros cuerpos. El alboroto mezclado con música se mezclaba a nuestro alrededor.

¿Habían personas?¿No los veían o que sucedía?

De repente nos quitaron las vendas y unos reflectores enfocaban justos sobre nuestros rostros. Lleve mi mirada alrededor hasta que me di cuenta que otros jóvenes estaban iguales que nosotros.

Al observar mejor nos encontrábamos sobre un escenario y había espectadores con sus rostros tapados con unas mascaras. Apreté aun mas la mano de Max el estaba tan asustado como yo.

<<¿Dónde carajos nos habíamos metido?>>

Que era aquel espectáculo que no había explicación racional o humana, para entender porque lo estaban haciendo.

— ¡Vaya carne nueva! ¡Raza nueva! ¡Elijan mis amados espectadores! —gritaba una mujer por el micrófono.

— ¡Quiero crías nuevas! —gritó un señor animadamente desde el público.

Mi mirada se cruzó con la de Max espanto solo cruzaba por nuestros ojos.

— Pero antes los invitamos unos aperitivos para que se deleiten —una mujer semidesnuda pero con una mascara, llevaba una bandeja entre sus manos.

<<¿Qué carajos?>>

Volví a mirar a Max horrorizada por lo que había sobre la bandeja, quería pensar que había visto mal pero mi vista era demasiado buena como para confundir que lo que habían encima de las bandejas eran partes de cuerpo humano.

— ¡Mis amados pueden subir a elegir!  

Una mujer y un señor se levantaron de sus lugares y subieron al escenario. Mirando a cada uno cómo si fueran piezas de arte, hasta que llegaron a nosotros se detuvieron mirándonos fijamente. 

— ¡Quiero una cría de estos dos! —gritó la mujer sonriendo y mostrando todos sus dientes.

Tomó mi rostro y clavó sus uñas.

— Bonita y joven —miró a mi hermano y sonrió — quiero varías crías de ellos.

Estaba tan sorprendida y con miedo que mis manos tiritaban por lo que dijo la mujer.

— ¡Haremos una pausa! ¡Si quieren disfrutar de su carne VIP pasen por el costado!

Un tipo apareció haciéndonos salir del escenario, estábamos de pie a un costado mirando estupefactos por lo que acababa de ocurrir. Necesitábamos irnos de allí cuanto antes sin pensarlo mire hacia todos lados en busca de algo que me sirviera. 

Hasta que mis ojos llegaron al alambre que sobresalía debajo de una tela a nuestro lado.

— Max...agáchate —el me miró extrañado.

— Creo que no hace falta recordarte que estamos desnudos —dijo Max quedándose de pie.

Puse mis ojos en blanco y me puse en cuclillas con una mano colgando, tome el alambre rápidamente y lo lleve a las esposas.

Nadie nos observaba en ese momento así que no había que preocuparnos.

— Busca una puerta —dije en voz baja.

Miramos hacía todos lados hasta que una leve brisa chocó en nuestros cuerpos.

— ¿Cómo hiciste eso? —preguntó extrañado al ver como se encontraban sin esposas.

— Es ahora o nunca Max —dije alejándonos de allí.

Buscábamos con nuestras miradas el cartel donde indicara la puesta de salida.

Hasta que allí estaba en frente de nuestros ojos.

— ¡SE ESCAPARON! —exclamo un tipo a nuestras espaldas.

Abrimos la puerta y cruzamos, el frio de la noche choco contra nuestros cuerpos y las largas escaleras que descendían.

— ¡Corre Mad! —gritó Max mientras bajaban las escaleras. 

La adrenalina corría por sus venas, estaban en una ciudad pero donde se encontraban era en un gran edificio, más específicamente en lo más alto.

Hasta que de otra puerta salió otro tipo.

Las puertas de la libertad habían sido cerradas. 

— ¿¡A dónde creen que van!? —los dos tipos que los corrían aparecieron a sus espaldas y un fuerte golpe recibió en la cabeza.

NarbenWhere stories live. Discover now