6~Llantos

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— Oye... —una voz suave me habló al oído— levántate tienes que ayudarme.

La voz era de una mujer, enfrente mío estaba Alika con algo entre sus manos. Gire mi cabeza mirando hacia la ventana y era de noche.

<< ¿Y Max? >>

Volví a mirar a mi alrededor pero el definitivamente no estaba allí.

— Tienes que comer algo —Alika extendió su brazo con un trozo de pan. 

— No tengo apetito —dije poniéndome de pie y dirigiéndome a la cocina improvisada. 

Abrí mis ojos sorprendida al encontrarme con una chica inconsciente en el suelo. Mire su cabello que era super largo y de color negro.

— Es la chica que pedía ayuda... —me incline observando su rostro.

Su cuerpo estaba totalmente desnudo al igual que la mayoría, sus piernas manchadas de sangre y su rostro tenía golpes.

— Se desmayó por el dolor... —ella acomodó los cestos sobre una mesa— espero que a la pobre no le toque ir a servicio.

— ¿Qué es eso? —pregunté aun mirando a la muchacha que seguía dormida.

— Cuando te mandan a otro sector y tienes que complacer a gente con dinero —dijo ella casi en susurro— pero es horrible esas personas están mal de la cabeza a las pobres chicas las obligan a hacer cosas espantosas...

No quería ni siquiera imaginarme las cosas a la que se refería Alika.

— A los pares que mandan a dentro es para tener niños y luego los venden a cualquier sitio o personas con poder —otra vez se quedó sin palabras.

...Cuando tienen 2 a 3 años se los llevan y para que no te encariñes obligan a que las crías estén encerrados en otro sector —ella tomo aire no me miraba— pero hay muchas que están embarazadas pero las mandan a trabajar a los huertos y las que tuvieron...hacen que vuelvan a embarazarse...

— ¿Y a los hombres? —pregunte mas preocupada.

— A ellos lo mandan a trabajar en cosechas y mantenimiento fuera del sector principal —dijo mirando hacía el pasillo— pero si no los manda a trabajar con la leña o los animales.

— ¿Hay alguna salida? —baje el volumen de mi voz.

— Cariño de aquí no hay salida esta todo bajo vigilancia —su expresiones cambiaron y solo podía ver tristeza.

Alika tenía una historia definitivamente triste era la primer joven de tez morena que utilizaron para que se reprodujera. Sus facciones eran muy bonitas y sus ojos eran los que mas llamaban la atención.

— Solo no te metas en problemas para evitar castigos... —ella me tomó de las manos.

Aquellos ojos llenos de dolor y sufrimiento me miraban fijamente.

— Tú estas aquí conmigo pero hay otras que las dejan en otro lugar y en condiciones peores... —dijo esto y escuchamos unos leves sollozos.

La joven que estaba inconsciente en el suelo poco a poco recuperaba la conciencia.

— Me duele... ¡ah!  —dijo entrecortadamente— ¡Mamá!

Y seguido de esto la muchacha rompió en llanto.

— ¡Tranquila! ¡No grites que pueden castigarte! —Alika se sentó a su lado pasándole por sus piernas un paño viejo algo húmedo.

— ¡Eso esta seco! —dije al darme cuenta que el trapo no le limpiaba nada.

— No hay agua para desperdiciar es toda para el consumo solo una vez nos dejan lavar traste afuera —explicó la morena.

— ¡A dormir! —entró una mujer de pelo blanco—  ¡levántese del suelo malditas! 

Se escucho la puerta del pasillo abrirse entraron cinco hombre y entre ellos divise a Max. El estaba cabizbajo y el tipo que los acompañaba lo empujo hacia adentro de la celda.

— ¡No por favor! ¡No! —gritó la muchacha en el suelo.

La mujer de cabellos no miro seriamente y tomo a la muchacha de los brazos. Y golpeo a la mujer de cabellos blancos. El tipo musculoso se acerco y la levanto con dureza.

La chica gritaba con desesperación, mire a Alika quien miraba al suelo.

— ¡Ustedes caminen! —gritó la mujer.

Camine lentamente dirigiéndome hacia el pasillo, mire a mi costado y el sujeto de músculos había dejado a la chica y dentro de la celda esperaba el mismo tipo que la había violado.

— ¡NO! —sus gritos eran desgarradores.

Avance y me quede quieta mirando hacia donde provenían los gritos.

— ¡Métete! —la mujer enojada me tomo del brazo y dándome un empujón hacía adentro.

Levante mi mirada y un debilitado Max se encontraba en el suelo.

— ¡Max! —dije dirigiéndome a su lugar.

El me miro a los ojos y yo a el pero había algo que estaba mal, sus pupilas parecían estar demasiado dilatadas. Su rostro no tenia ninguna expresión, lleve mis manos a su rostro y estaba demasiado caliente.

Bajo su mirada a mi pecho desnudo y fruncí mi ceño, me tomo de los brazos agarrándome fuertemente y me tumbó sobre el colchón.

— ¿Qué haces? —en ese momento quise levantarme pero el se abalanzó sobre mi— Max...

Desesperadamente daba besos en mi cuello y mi pecho. Tomé las pocas fuerzas que tenía para apartarlo pero el fue veloz con una mano agarró mis dos manos y con la otra apretaba mis muslos.

— ¡No Max!¡Por favor no! —las lágrimas corrían por mi rostro.

Su fuerza parecía haberse multiplicado y no podía contra el, sentía algo duro contra mi pierna.

<< Ese no es Max >>

Ese no era mi hermano y lo sabia una pequeña gotita de sangre corría por su brazo. No iba a ganar aquella pelea solo me quedaba resignarme y dejar que el hiciese lo que quería.

Un nudo se hizo en mi garganta y cerrando mis ojos tratando de transportarme a otro lado, con los gritos de ayuda de la otra muchacha que eran mas estremecedores.

No sabia el momento en el que las risas habían sido reemplazadas por llantos de dolor.

Inicio de Flashback

— ¡Niños dejen de correr! —gritaba nuestra madre desde la cocina.

— ¡Max devuelve mi muñeca! —grité enojada mirando a mi mellizo desde el otro lado de la sala.

— ¡Tienes 10 años ya no debes jugar con muñecas! —el agarró la cabeza de la muñeca y la separó.

— ¡Eres una maldito estúpido Maxmilian! —dicho esto me abalancé sobre el cayéndonos sobre el sofá.

— ¡ODIO LAS COSQUILLAS! —dijo entre risas.

Dicho esto me empujó cayéndonos a un lado del sofá y el encima mío. Empezó a hacer presión con sus dedos sobre mis costillas.

— ¡Me haces doler Max! —grité a lo que le pegué en la cabeza con la parte de la muñeca que estaba en el suelo.

— ¡Niños!¡Compórtense! —gritó nuestra mamá— ¡Son hermanos!¡Tienen que respetarse!

Ambos nos miramos y solo nos reíamos a carcajadas.

Fin de Flashback

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