✙ |Capítulo 8| ✙

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Aviso: dividí este capítulo en dos partes porque era mucha información junta 😂🖤 denle mucho amor si quieren las segunda parte pronto.

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«Está es la historia del demonio que se obsesionó y se enamoró, y del ángel que pecó y cayó

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«Está es la historia del demonio que se obsesionó y se enamoró, y del ángel que pecó y cayó. Dos males que estaban destinados a encontrarse y justo después de ahí, jamás alejarse.»

AEDUS.

El Arca — 1495 —Dos lunas rojas y media después de la batalla angelical—.

Mis ojos se centraron en la silueta que tenía justo al frente e intenté prestarle toda la atención que había en mi ser, sin embargo, no fue tan fácil como deseé, últimamente mi mente se mandaba sola.

—¿Te gusta? —Preguntó Marya, mi demonia amarilla, mientras seguía arrastrando la sangre de una víctima por todo su perfecto cuerpo desnudo.

—No está nada mal. —Respondí sin más.

Marya era una de mis demonias favoritas, era cruel como todos, sin embargo, existía algo en su maldad que siempre lograba excitarme, ella y roja eran un buen complemento a la hora de hacer cosas perversas, me agradaban.

La pelirroja acababa de destripar un demonio menor que se había osado a mirarla mal. —literalmente, — ella no permitía que nadie pasara por encima de su exquisito ser y bueno... ¿Quién era yo para detener sus actos?

—¿Quieres que me arrodille frente a ti, rey? —Me preguntó la pelirroja de repente, mientras se acercaba caminando con lentitud a mí. —¿Lo deseas?

Mis ojos se arrastraron por su cuerpo y en donde normalmente siempre existía una llama de perverso y oscuro placer, dominado por caos y otras cosas, no hubo nada aparte de leve aburrimiento.

En mi mano había una daga de hoja dorada, la giré sobre su eje sin jamás apartar la vista de la demonia y traté de centrarme en lo que ella me estaba diciendo, realmente no me importaba, pero prefería obligarme a pensar en ella y no en otras...

—¿Lo deseas? —Repitió de nuevo, llegando a mi trono y observándome con hambre.

Supe que en ese momento tenía una gran opción, el lograr concentrarme y al final del día, devorar lo que era mío para hacerlo, sin importar qué, aun así, en ese instante quería otra cosa, y aquello ella no podía dármelo.

OSCURA INVOCACION IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora