𝕄𝕚 𝕤𝕒𝕝𝕧𝕒𝕔𝕚𝕠𝕟 || Amajiki Tamaki ||

🦋03🦋

El curso lectivo terminó, dando inicio a las vacaciones de primavera, las cuales Mirio y Tamaki pasaron como cualquier otro niño.

Quedaban para jugar, iban a la playa con su familia, viajaban y visitaban sitios nuevos, tal vez familia lejana, realizaban la tarea que le habían dejado para las vacaciones a regañadientes y volvían a jugar.

Sin embargo, la primavera de Adara fue distinta. No hubo viajes, no hubo juegos, no hubo diversión.

Su padre aprovechó ese tiempo para entrenarle, como hacía todos los años.

Al no poder hablar con sus hermanos estaba muy aburrida y lo único que podía hacer era entrenar.

El resto del tiempo lo pasaba encerrada en su habitación escuchando música.

Durante esas vacaciones, Mirio y Tamaki se renegaron a sí mismos por no haberle preguntado la dirección a Adara o el teléfono de casa para poder quedar con ella, asegurándose que lo harían al comenzar el curso.

Por su parte, Adara se acordó más de una vez de ese par. Muchas veces pensaba que es lo que estarían haciendo.

— Seguro que estarán cazando bichos o corriendo por ahí— pensó mientras se curaba los golpes del entrenamiento de ese día—. Seguro que Mirio ha perdido la ropa al menos una vez... y Tamaki se habrá preocupado por él— añadió mientras las comisuras de sus labios se elevaban mínimamente.

Ambos amigos habían conseguido que sonriera levemente, algo que desde la muerte de Tōya no había hecho.

Definitivamente eran distintos a los demás.

Para sorpresa de ella, tenía ganas de que la primavera terminase. No sólo para que los entrenamientos con su padre fuesen menos frecuentes o intensos, si no para volver a verlos, a sus amigos.

Se sentía extraña al pensar eso, pero a la vez era reconfortante.

Eran sus amigos.

De una manera u otra eso le aligerada su carga. El tiempo que pasaba con ellos, no pensaba en nada relacionado con su vida y eso le agradaba.