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—¿Te apetece?

Se dirige a la sala de estar, donde examina un montón de juegos de mesa apilados en el estante bajo el televisor. Se trata de una selección variada de cajas que Lexie ha recopilado de sus visitas a la tienda de segunda mano. En realidad, no hemos jugado a ninguno de ellos, pero se siente feliz al coleccionarlos. Normalmente faltan piezas y las cajas están destrozadas y pegadas con cinta adhesiva. En ocasiones, compra el mismo juego varias veces hasta reunir las piezas necesarias para completarlo.

—¿Qué? —¿Quiere quedarse y... jugar a juegos de mesa?

—¿Qué te parece el Scrabble?

—¿No estás muy ocupado? ¿Tienes tiempo? —Dejo el sobre en la encimera y lo miro desde la cocina.

Saca la caja de la pila y la sostiene en alto. Las piezas de madera entrechocan dentro con el movimiento.

—No estoy segura de si tiene todas las letras. Por lo que sé, puede que haya veinte emes y ninguna pe. Mi compañera lo compró en una tienda de segunda mano.

—Estoy dispuesto a correr el riesgo.

Abre la caja y extiende el tablero sobre la mesa de café. Luego, coloca las piezas bocabajo dentro de la tapa. Abandono el sobre y camino despacio hacia el sofá para unirme a él, todavía sin creer que esto esté ocurriendo.

Saco la letra más alta y comienzo con la palabra «TIBURÓN». Sonríe y utiliza la o para poner

«LOCA».

Estar aquí sentada con Harry es agradable. Me pregunta cómo fue crecer en Tennessee y qué me trajo a Las Vegas. Yo me intereso por su infancia en el desierto. No llevamos la cuenta de los puntos, solo jugamos y hablamos y es... agradable. Es estupendo.

Utilizo la M de «BRUMA» para deletrear «KISMET». No es una palabra que dé muchos puntos en particular, cosa que no importa porque no los estamos contando, pero, aun así, estoy muy orgullosa de mí misma.

—Kismet —dice en voz baja mientras coloco las fichas.

—¡Es un sinónimo sofisticado de «destino»! —explico, pensando que me está volviendo a desafiar, como cuando he intentado poner «METEMUERTOS».


Me besa.

No me lo esperaba. Me estaba mirando en silencio y, de repente, presiona sus labios contra los míos. Cuando su boca me abandona, me da la impresión de que está tan sorprendido por el beso espontáneo como yo. Con la yema del pulgar, recorre mi labio inferior con suavidad y firmeza al mismo tiempo. Entonces, me besa de nuevo, esta vez con más contundencia. Nuestras lenguas se entrelazan y nos exploramos con las manos. Acerco su cabeza a la mía, con las manos enredadas en su pelo. Harry me atrae hacia él y me acuna la nuca con las manos.

Luego, me siento a horcajadas sobre él, con las rodillas pegadas a sus caderas. Lo beso por todas partes. Cejas y mandíbula incluidas. Le recorro un lado del cuello con la lengua y le mordisqueo el lóbulo de la oreja. Sus manos deambulan por mi espalda, me agarra el trasero y las desliza por debajo de mi camiseta de tirantes.

good time.Where stories live. Discover now