Capítulo 14

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Pasaron los días, finalmente su vida comenzaba a retomar el curso habitual, Adam no trabajaba más como su guardaespaldas, ya no era necesario, sin embargo, aún era empleado de su padre y lo seguía viendo ocasionalmente en la casa cuando tenían asuntos de qué hablar o simplemente lo invitaban a comer, habían creado un buen lazo juntos, Jeremy tenía toda su confianza en él tras hablar un día de lo sucedido en el estudio, incluso le había dado el segundo puesto al mando en su empresa, pero para Lía no era tan sencillo, y es que a ella no le habían explicado nada, Adam evadía el tema cada que se lo nombraba, así que se cansó de insistirle y ahora ella lo evitaba a él cuando lo veía.

Con sus amigos no habían cambiado mucho las cosas cuando volvió, al relatarles toda su experiencia quedaron asombrados, mas prometieron no decir nada al resto de sus compañeros que la miraban de forma extraña desde entonces, al haber estado muchos días sin tener noticia alguna de ella los rumores circulaban, pero ya se había acostumbrado a eso.

—Lía —llamó su atención, llegando hasta ella—. ¿Qué dices si mañana vamos juntos a comer por ahí? Yo invito.

Sonrió. —Estaría perfecto, me encantaría —aceptó gustosa.

—Genial, no olvides avisarle a tus padres, no quiero tener problemas con ellos —indicó con una sonrisa de medio lado y desapareció de nuevo por el pasillo lleno de estudiantes yendo de un lado a otro.

Lía soltó una pequeña risa y negó levemente, Daniel y ella se habían vuelto muy cercanos desde entonces, él la había estado apoyando en todo y ayudado a que se volviera a sentir como antes, en un ambiente familiar, como si en su vida todo lo sucedido en las últimas semanas no hubiera ocurrido; pero Lía ya no era la misma, de cierta forma todo aquello le afectó y la hizo madurar, la misma chica de antes a la que no le importaba desobedecer a sus padres y que no tenía nada de qué preocuparse porque en su vida todo era perfecto, ya no existía y nunca lo volvería a hacer.

—¿Tú y Daniel están..., volviendo a salir? —inquirió su amiga a un lado, mientras esperaban a que Dylan saliera de su última clase para llevarlas a casa.

—No, no. Sólo... —resopló, porque era algo complicado, si bien le tenía mucho cariño a Daniel no estaba segura de que lo suyo pudiera funcionar otra vez, no cuando su mente la ocupaba otra persona—. Sólo somos buenos amigos, ¿sí? No creo que sea bueno revivir algo que ya acabó.

—¿Y por qué no? —cuestionó ella—. Daniel es un buen chico, te hace feliz, sí, quizá cometió algunos errores en su relación, todos lo hacen, pero ahora ha madurado, al igual que tú, deberían darse otra oportunidad.

Lía pensó un poco, Charlotte tenía razón, ambos habían cambiado y quisiera admitirlo o no, aún tenía algunos sentimientos por Daniel que iban más allá de amistad, y es que cómo no, si incluso con él había sido su primera vez, su primera relación formal, su primer amor.

Estuvo por responder, mas Dylan llegó en ese momento junto a ellas.

—¿Listas? —cuestionó pasando sus brazos por los hombros de ambas.

—Desde hace casi media hora —contestó Charlotte bufando, Dylan le sacó la lengua y ella le dio un codazo a un costado, a lo que él soltó un quejido y ella sonrió triunfante, zafándose de su agarre.

Ellos también habían entablado lazos más fuertes desde que se fue, habían sido prácticamente los dos juntos, solo se tenían el uno al otro, ya que aunque tuvieran otros amigos, no tenían la confianza suficiente para hablar de lo que podía estar sucediéndole a Lía con otras personas, pero no sólo eso, había algo diferente en ellos, Lía lo notaba, ya no sólo se molestaban como de costumbre, también mostraban más afecto el uno con el otro y, aunque ninguno dijera nada todavía, ella sabía que se gustaban. Sonrió al verlos.

El Guardaespaldas (Adam Levine) Where stories live. Discover now