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Los días pasaban y Hermione no recibía ninguna respuesta por parte de M. Habrá hecho algo? Pensó la chica.
Se encontraba caminando sola para ir a clase de pociones, al llegar, no había mucha gente de hecho solo había una persona.
-Malfoy...- dijo algo sorprendida la castaña. Por una parte pensaba que le diría algo, como sangre sucia o la insultaría pero en vez de eso, la miró y salió del aula antes de que pudiera decir nada más.
Hermione, pudo notar como llevaba una carta en su mano, que escondió una vez pasó por delante de ella.
Eso extrañó mucho a la chica, primero, por qué se iba si la clase aún no había ni siquiera empezado? Segundo... no era posible... sería esa la carta que le había enviado ella?
Ahora que se acordaba, había mencionado a Malfoy en su carta, la M encajaría demasiado al igual que sus ojos que no eran azules azules pero grises si... y su pelo, todo encajaba. Todo cobraba sentido.
No se lo podía creer, acababa de descubrir quién era M... Hermione pensaba en todas las pistas que le había dado.
Va a su mismo curso, tenia el pelo poco común... el día del partido de quidditch, uno de los equipos que jugaba era Slytherin, aunque no entendía como tenía conocimiento del mundo muggle...
-Hermione!- la chica se sobresaltó, entonces se dio cuenta de que Harry la miraba preocupado.- Te encuentras bien? Estás pálida... deberías ir con Madame Pomfrey.
-No, estoy bien, solo... nada, déjalo.- dijo nerviosa. Se había olvidado de que Harry no era el mejor amigo de Malfoy cómo para explicárselo.
Sin duda tendría que hablar con Ginny sobre su nuevo descubrimiento y eso es lo que hizo, al acabar la clase fue directamente a buscar a su amiga, necesitaba explicarle exactamente todo.
-Malfoy!?- dijo cuándo acabó de contarle todo a lo que Hermione le tapó la boca. -Estoy un 90% segura de que és él, si no, por que motivo dejaría de hablarme?- dijo con obviedad.
-Por qué no se lo preguntas? Quiero decir, por que no se lo escribes? De forma anónima, si es él sabrá que eres tu. Si no, te ahorrarás la humillación.- mencionó la pelirroja algo inseguro pues no quería que Hermione saliera herida de todo esto, estaban hablando del mismísimo Draco Malfoy.
La castaña estuvo de acuerdo. -Está bien. Dame un trozo de pergamino.- dijo la ella decidida.
En eso vieron como Draco entraba al gran comedor solo, se veía cansado y preocupado. Al sentir que dos chicas lo miraban fijamente las miró y levantó la ceja, por qué lo miraban tanto?
Se sentó al lado de Zabini y empezó a jugar con la comida, no tenía hambre. Reparar el dichoso armario evanescente costaba su trabajo, pero debía seguir intentando.
La carta que le había enviado su madre lo había dejando preocupado, debía acabar con su misión lo antes posible. Debía matar al director del colegio, Albus Dumbledore, lo antes posible.
